Hijo del más conocido Francisco Ribalta, Juan demuestra una personalidad artística muy singular que, partiendo del aprendizaje en el taller paterno, parecía dirigida a convertirle en uno de los más notables artistas españoles del siglo XVII. Su temprana muerte, sin embargo, truncó su prometedora carrera. Trabajando siempre en el obrador de su progenitor, firmó su primera obra en 1615, señalando co