Antonio Muñoz Degrain, hijo de un relojero, inició en su juventud, por decisión paterna, los estudios de Arquitectura, que pronto abandonó por la pintura. Alumno de la Academia de Bellas Artes de San Carlos desde los 12 años, fue discípulo del pintor Rafael Montesinos, aunque su formación fue, como él mismo proclamaba, esencialmente autodidacta. Allí fue compañero de Francisco Domingo Marqués, qui