Fue, después del fallecimiento de Joshua Reynolds en 1792, el retratista más importante de Gran Bretaña. Decimocuarto hijo de un posadero, muestra ya desde edad muy temprana una precoz audacia en el dibujo. Prepara retratos de la clientela de su padre y de los cincuenta personajes más ilustres de Oxford, lugar adonde se había mudado la familia en 1779. En Bath aprende con William Hoare la técnica