Autorretrato
Hacia 1856. Óleo sobre lienzo, 55 x 44 cm. No expuestoEl maestro sevillano se retrata de busto ante un fondo neutro, vistiendo una sencilla levita con cuello de terciopelo y corbata de lazo. Peinado con su abundante cabellera algo alborotada y su característico bigote y perilla, sus rasgos muestran ya las huellas de la edad, que parece rondar los cincuenta años. Su figura captada ligeramente de sotto in su, el ceño ligeramente fruncido y la seriedad de su expresión, infunden a su semblante cierto rictus orgulloso y distante.
El caso de Esquivel es verdaderamente único en la pintura española de la primera mitad del siglo XIX, ya que el artista sevillano demostró desde su primera juventud una auténtica obsesión por su propia imagen, dejando a lo largo de su producción una gran cantidad de autorretratos, siendo éste el mejor y más sincero de todos ellos, además del último conocido. (Texto extractado de Díez, J. L.: Artistas pintados. Retratos de pintores y escultores del siglo XIX en el Museo del Prado, Museo del Prado, 1997, p. 82-83).