Bautismo de Conan en presencia de Santa Úrsula y su padre
1425 - 1450. Temple sobre tabla, 100 x 47,5 cmNo expuesto
Esta obra, junto con las otras tres (P07630, P07631, P07633), formaba parte de la zona superior de un retablo dedicado a la leyenda de las Once Mil Vírgenes, perteneciente a la Iglesia de San Pablo, de los dominicos de Palencia.
El monasterio sufrió los efectos de la desamortización de 1835, quedando prácticamente abandonado y sujeto a destrucciones, hasta que en 1884 volvieron los dominicos. Existe una fotografía del siglo XIX, Archivo Ruiz Vernacci, (Pérez Suescun y Rodríguez López, 1995) del retablo completo, posiblemente de hacia 1879. Poco después debió realizarse el desmontaje y posterior venta, ya que en 1909 cuatro de estas piezas se encontraban en Inglaterra, compradas por F. Beaufort Palmer. En 1920 figuraron en exposición de la Royal Academy de Londres y pasaron a la colección de Lord Laverhulme, ingresando finalmente en Lady Lever Art Gallery de Port Sunlight, cerca de Liverpool. El retablo poseía cuatro tablas superiores, que son las que figuran en nuestra colección, y otras cuatro situadas en la zona inferior además de un amplio bancal. Éste se fragmentó perdiéndose la pista de alguna tabla. Cuatro figuras de santos de esta predela, agrupados de dos en dos, se conserva en la Colección Johnson, de Filadelfia, procedentes de la Colección Cabot de Barcelona. Otras dos están en el Museo Zorn, de Mora (Suecia).
El retablo se ajusta con bastante fidelidad a la historia de Santa Úrsula recogida en la Leyenda Dorada. Este relato comienza señalando que Santa Úrsula, nacida en Bretaña, era hija de un rey cristiano llamado Noto o Mauro y famosa por su belleza. El rey de Inglaterra envió una embajada a Bretaña para pedir la mano de Úrsula.
En esta tabla, la tercera, se muestra el bautizo del príncipe -llamado Conan según la Historia Regum Britanniae de Godofredo de Monmouth-, pues aceptó gustoso todas las condiciones y se hizo bautizar inmediatamente. La escena presenta al joven prometido introducido en una gran pila y que está siendo bautizado por un obispo, en presencia de su padre, el portaespadas de éste y un eclesiástico; aparece también Santa Úrsula, nimbada y con la palma del martirio. Llama la atención el desarrollo o importancia concedida a este episodio en el que apenas se detienen las fuentes, sorprendiendo igualmente la presencia de Santa Úrsula, la cual al parecer no estuvo presente en el bautizo de su prometido.
Las cuatro tablas proceden del retablo dedicado a Santa Úrsula en San Pablo de Palencia. Pertenecieron posteriormente a la colección Gorostiza de Bilbao, de donde pasaron a otro coleccionista desconocido antes de ser subastadas por Sotheby`s en 1992 y adquiridas por el Museo del Prado con fondos del legado Villaescusa.