Cristo con la Cruz a cuestas
1866.Sala 062
Miniatura inspirada en el cuadro de Sebastiano del Piombo del Museo del Prado (P00345). Teresa Nicolau presentó a la Exposición Nacional de 1867 esta miniatura y otras tres: una Magdalena copia de un original de Tiziano, una Sibila a partir de otro de Domenichino y una Virgen de Sassoferrato; por ellas obtuvo una mención honorífica de primera clase. Entre ellas, y a propuesta de la Academia, se eligió este Jesús con la cruz a cuestas para que formara parte de las colecciones del entonces Museo Nacional, y fue adquirida por el Estado en 500 pesetas. El retrato miniatura tuvo, a mediados del siglo XIX, al retrato fotográfico como su gran competidor que, en la disputa, terminó imponiéndose. Por ello, muchos miniaturistas optaron por adaptarse y practicar el nuevo arte, como Cecilio Corro, pero otros dejaron en segundo lugar la pintura de retrato y se inclinaron hacia la miniatura de gabinete, copiando las obras más relevantes de los grandes maestros del pasado; fue el camino seguido por artistas como Teresa Nicolau, Adriana Rostán (doc. 1840-1889), José Delgado y Meneses (1764-1855) o Manuel Arbós (1806-1875). Teresa Nicolau aprendió a pintar junto a Vicente López tanto al óleo como miniaturas, y entre ellos se estableció una gran amistad que llevó al pintor valenciano a realizar un retrato de la miniaturista madrileña hacia 1835.
Espinosa Martín, Carmen, Las miniaturas en el Museo del Prado: catálogo razonado, Museo Nacional del Prado, 2011, p.76-77