El rapto de Helena
1578 - 1579. Óleo sobre lienzo, 186 x 307 cmSala 025
La marcha de Helena de Esparta a Troya cuenta con dos fuentes literarias hasta cierto punto opuestas. Homero, en la Ilíada, muestra las reticencias de Helena a abandonar a Menelao y sugiere su rapto por París; Dictys Cretensis, en sus Ephemeris belli troiani (s. IV. A.C), muestra sin embargo a Helena enamorada marchando por voluntad propia. Ambas versiones encontraron acomodo en la pintura italiana del siglo XVI. La marcha voluntaria fue representada por Giulio Romano en la Sala di Troia del Palazzo Ducale de Mantua en 1538-39, mientras el rapto fue plasmado por Rafael en un fresco para el Palazzo Capodiferro (hoy Palazzo Spada) en Roma, grabado por Marcoantonio Raimondi, y reproducido en un dibujo de Schiavone. Tintoretto siguió a Schiavone y Raimondi al situar la escena en el momento en que Helena es conducida a una nave mientras en tierra se libra un cruento combate. Se distanció sin embargo de ellos al ambientar el episodio como una batalla entre turcos y cristianos, alentado por la proliferación de imágenes de esta naturaleza tras la batalla de Lepanto (1571), habiéndose querido ver en Helena una alegoría de la propia Venecia.
La obra se fecha hacia 1580 y es contemporánea del ciclo Gonzaga (1579-1580) e inmediatamente anterior a la Sala Terrena de la Scuola di San Rocco en Venecia, realizada entre 1582 y 1587, lo que explica que algunas de sus figuras reaparezcan en estos conjuntos. Respecto a la factura, El rapto de Helena presenta un agudo contraste entre un primer plano con marcado claroscuro y un fondo fuertemente iluminado donde las figuras pierden corporeidad hasta convertirse en arabescos, recurso que reaparece en pinturas de la Sala Terrena de San Rocco como la Adoración de los magos.
Tintoretto concibió una composición extraordinariamente dinámica gracias al empleo del color y el claroscuro en combinación con las actitudes de los personajes. Destaca el contraste entre el desvalimiento de Helena, con el rostro suplicante y los ojos acuosos a punto de verter lágrimas, y la violencia viril de los captores. Que la relación entre los distintos personajes constituyó la mayor preocupación del pintor lo corrobora que sólo al final incluyera las naves con sus mástiles, claramente superpuestos a las figuras.
Como en obras coetáneas, Tintoretto utilizó una preparación oscura sobre la que dibujó con albayalde los contornos de algunas figuras, como la de Helena, inicialmente desnuda. Se detectan además pequeños pentimenti, localizándose los más significativos en el rostro de la propia Helena, que originariamente miraba a la derecha.
El rapto de Helena procede de la Colección Gonzaga y probablemente la encargara Vincenzo I Gonzaga (duque de Mantua entre 1587-1612), quien abonó una asignación mensual a Tintoretto entre 1590 y 1593. Vincenzo habría comprado esta pintura, realizada años antes por el pintor, probablemente por su ambientación, habida cuenta de sus constantes enfrentamientos con los turcos. De la colección Gonzaga pasó a la de Carlos I de Inglaterra, en cuyo inventario figuró como The rape of Hellen by old Tintaret. A su muerte la compró John Jackson en octubre de 1651, y a éste poco después el embajador español Alonso de Cárdenas para el primer ministro Luis de Haro, quien la regaló a Felipe IV. Se cita en el inventario de 1666 del Alcázar de Madrid. Ingresó en el Museo del Prado en 1819.
Falomir Faus, M., Jacopo Tintoretto 'The abduction of Helen' En:. Italian masterpieces from Spain's royal court, Museo del Prado, National Gallery of Victoria Thames & Hudson, 2014, p.82