Fuente de Neptuno en la Granja de San Ildefonso
1852 - 1858. Acuarela sobre papel verjurado, papel avitelado, 194 x 154 mmNo expuesto
Martín Rico comenzó a cultivar la acuarela bajo el ejemplo de su profesor de paisaje en la Academia de San Fernando, Genaro Pérez Villaamil (1807-1854), que la utilizaba en sus clases de modo imaginativo y fantástico. Las obras reunidas en este álbum son la consecuencia de sus trabajos estivales, realizados durante sus estancias en la casa familiar de San Lorenzo del Escorial, en excursiones a los alrededores del lugar y a las localidades de Zarzalejo, Paradilla, Robledo de Chavela, Peguerinos, La Cerea, Las Navas del Marqués, a la sierra del Guadarrama, a Segovia y a La Granja. El propio pintor, consciente del interés que estas obras tuvieron para su trayectoria posterior, debió de formar el álbum pegando las acuarelas en sus páginas, y lo conservó durante toda su vida.
Con la única excepción de las primeras vistas que Rico realizó del Escorial, aún en la estela de la topografía ilustrada, en los restantes casos el pintor trabajaba directamente con la acuarela y, en especial en sus vistas panorámicas, eludió la definición de los términos por contornos, recurriendo para ello únicamente a los cambios de color y de luz, en la más pura tradición acuarelista que, por su formación, conocía bien. Por otra parte el conjunto es una muestra de gran valía, que documenta con amplitud no solo la formación de su autor, sino también su esfuerzo por avanzar, desde un punto de partida vinculado con un tipo de paisaje romántico que no le satisfacía, hacia una visión más depurada y atenta al natural, que desarrollaría, a partir de este germen, en los años siguientes (Texto extractado de Barón, Javier: El paisajista Martín Rico: (1833-1908), Museo Nacional del Prado, 2012).