La Crucifixión
Siglo XVII. Óleo sobre tabla, 75 x 56 cmNo expuesto
El ambiente fastuoso, la teatralidad y el brillante colorido de este calvario, lejos del dramatismo implícito en la narración bíblica, derivan de la formación cortesana de este pintor, representante de los típicos valores de la pintura de género. El carnaval del Museo de Hamburgo y Los cinco sentidos, única referencia al pintor durante largo tiempo, hacen pensar en el estilo de Franz Francken, pintor de la misma estética e incentivos similares; pero los rostros redondos y la valoración de las sombras apuntan a otros horizontes del rico y variado universo de la pintura de Amberes. El tono plomizo de las nubes y las ráfagas de luz en penumbra revelan la deuda de Caulery a Elsheimer y Stalbemt. El triunfo de la melancolía de Stalbemt, en colección privada de Madrid, reproduce un caballo en corveta y grupos sentados a contraluz en primer plano que coinciden con los modelos y gustos de Caulery. Otras notas comunes a ambos son la atmósfera que envuelve el escenario, la alternancia de luz y sombra en bambalinas fundidas, con singular emotividad, y las vestimentas, típicas de la moda de los reinados de Enrique IV y Luis XIII, que arrastran efectos del manierismo tardío. Los rostros, redondos y faltos de individualidad, recuerdan también las tipologías de Francken, pero las fisonomías son diferentes. En ocasiones, el dibujo subyacente se adivina a simple vista, concretamente en los fondos donde trabaja con economía de color completando las imágenes con toques precisos de color en las zonas iluminadas, que formulan ecos lejanos de Tintoretto y Veronés. El lujo, la formación procesional de los modelos y la expresión dramática de los celajes recuerdan las versiones de Tintoretto en la Academia de Venecia y en la Scuola de Santo Rocco. Aquí se reconocen los personajes apostando las vestiduras de Cristo a los dados, y el guerrero que avisa, con un gesto próximo al lenguaje del teatro de la época, el inicio del drama.
Museo del Prado, Últimas adquisiciones: 1982-1995, Madrid, Museo del Prado, 1995, p.82