La visita de la madre al hospital
1892. Óleo sobre lienzo, 150 x 208 cmDepósito en otra institución
La composición se plantea en torno a la cámara de la enferma, que se presenta en ligero escorzo, en torno a la cual distribuye dos grupos de figuras, a la izquierda las protagonistas madre e hija y a la derecha la monja y la hermana, que asisten a la escena desde los pies de la cama. Con esta disposición, que genera un ritmo ligeramente diagonal que resta estatismo a la escena, el hecho de disponer a tres personajes de espaldas o en escorzo concentrando su mirada en el rostro de la verdadera protagonista del cuadro, la niña enferma, ayuda a la correcta construcción espacial del escenario. La luz incide lateralmente desde la izquierda concentrándose en el motivo principal madre e hija que destacan por el contraste producido entre las blancas sábanas y el negro vestido de la madre adornado con la mantilla y delantal de encaje blanco, algo similar sucede con las vestimentas de la monja, en el resto del lienzo la luz se va disipando suavemente. La utilización del color también acentúa este efecto con los contrastes de blanco y negro o colores oscuros frente a un fondo en tonos ocres más bien neutros. Solo destaca cromáticamente los cuadros de la falda y la cesta de naranjas tapada con un paño rojo que porta la hermana. El rigor del dibujo de raigambre académica y la sólida construcción volumétrica de las figuras gracias a la luz y el color, aplicado con una pincelada neta y contenida, contribuyen a crear una obra redonda, sin estridencias, que funciona bien en el plano pictórico y temático (Texto extractado de Dóniga Martínez, J., Arrúe Ugarte, M. B., Cerrillo Rubio, I.; Gil-Díez Usandizaga, I., Enrique Paternina García-Cid (1866-1917). La luz recobrada de un pintor cosmopolita. Consejería de Educación, Cultura y Turismo del Gobierno de la Rioja, 2013, p. 162).
Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1892 (no893) en la que obtuvo la 2a medalla.