Santa Catalina transportada por los ángeles
1866. Óleo sobre lienzo, 249 x 345 cm. Depósito en otra instituciónEn esta obra, las referencias al clasicismo boloñés se funden con los últimos ecos del purismo de raíz nazarena que Miguel Navarro descubre en Roma, la ciudad que da luz a la misma. En las Exposiciones Nacionales de 1860, 1862 y 1867 presentó algunas obras, como la que nos ocupa, que en 1867 recibió la tercera medalla. La línea suavemente modulada, nos recuerda alguna de las obras iniciales de Federico de Madrazo y, en particular, conexiones con los purismos románticos de los nazarenos, inscribiéndose en los mismos parámetros estéticos que Gómez Cros. El poético ambiente, los convencionalismos propios de la tendencia, la simplicidad del esquema compositivo, le hacen ser un interesante ejemplo de una orientación que no abunda en la pintura española de mediados del XIX. Discípulo de Federico de Madrazo, pasó a Roma pensionado en 1864 y las referencias se pierden tras la noticia que lo sitúa en Caracas (Venezuela) hacia 1873 (Texto extractado de Alcolea, S.: Pinturas de la Universidad de Barcelona – Catálogo. Universidad de Barcelona, 1980, p. 132 y Díez, J.L.: Maestros de la pintura valenciana del siglo XIX en el Museo del Prado. Museo Nacional del Prado, Valencia, 1997, p. 63).