Sor María de Jesús de Ágreda
Segunda mitad del siglo XVII. Óleo sobre lámina de cobre, 65 x 56 mmNo expuesto
María Coronel y Arana, en religión sor María de Jesús, nació en Ágreda, Soria, el 2 de abril de 1602 en el seno de una familia hidalga y de una extremada religiosidad que llevó a toda la familia hacia la vida religiosa, convirtiendo su casa en un convento. María fue adquiriendo fama de santidad y de ser favorecida con revelaciones sobrenaturales, por lo que a los veinticinco años fue nombrada abadesa del convento franciscano de Ágreda, fundado por sus padres. Se dice que tenía el don de la bilocación, por lo que predicó en Nuevo México pese a que nunca abandonó el convento soriano. Fundó el monasterio de la Inmaculada Concepción, al que se trasladó en 1633 y donde murió el 24 de mayo de 1665. Entre sus obras destaca "Mística Ciudad de Dios", publicada en 1670, y la correspondencia epistolar que mantuvo con el rey Felipe IV, del que fue consejera en asuntos de Estado. En 1673 fue incoado su proceso de beatificación y declarada venerable por el papa Clemente X. Este retrato devocional representa a la santa de Ágreda vestida con el hábito blanco de las concepcionistas, cubierto con manto azul, toca blanca y velo negro. Sobre él, el medallón de la Inmaculada Concepción, escudo de la orden, y un rosario a modo de pectoral. En su mano derecha lleva un crucifijo como símbolo de las doctrinas que quería impartir. Por el color del manto también fue conocida como "la dama azul". Para realizar esta pequeña pintura, "vera effigie" de sor María de Jesús, el anónimo pintor debió conocer el retrato llamado "de Planillo" por haber pertenecido al clérigo Miguel Pérez Planillo, que hoy se conserva en el convento de la Concepción de Ágreda. Esta iconografía, en la que no aparece la venerable con sus atributos habituales del libro y la pluma de escritora, es la menos difundida. Otra posibilidad es que el pintor conociera la estampa, grabada por Jacob de Man, en que aparece sor María de Jesús inscrita en un óvalo con la imagen de la Virgen, bajo la advocación de la Inmaculada Concepción, que no incluyó en este retrato (Texto extractado de Espinosa, Carmen: Las miniaturas en el Museo Nacional del Prado. Catálogo razonado, Madrid, Museo del Prado, 2011).