Tintoretto pintando a su hija muerta (copia)
Hacia 1856. Óleo sobre cartón, 19 x 24,5 cmEn exposición temporal
Marietta (1560-1590), hija mayor del pintor Jacopo Robusti “il Tintoretto” (1518-1594), pintora y músico. Según la tradición, su padre la pintó mientras yacía muerta en el lecho. Esta pintura, copia del original de Léon Cogniet, muestra la inspiración que ejerció sobre él Luis de Madrazo, a quien Cano de la Peña dedica su obra, con una clara influencia de una de sus obras más destacadas, El entierro de Santa Cecilia (P06555) en las catacumbas de Roma, siendo ésto especialmente evidente en la figura del cadáver de la Santa.
El cuadro de Léon Cogniet Le Tintoret peignant sa fille morte (Burdeos, Musée de Beaux Arts), había causado un gran impacto en la crítica y en el público desde su exhibición en el Salón de París de 1848, que poco después, en 1853, ingresaría en el Museo que hoy la conserva. La disposición de la cabeza de la joven echada hacia su nuca en un claro gesto de expiración final, el propio tipo de la muchacha de piel nívea y cabello rubio con rasgos suaves, y el cuerpo –envuelto en una fina prenda de lencería blanca– alzado hasta la cintura dejando los brazos caer a lo largo del mismo, conecta inequívocamente la obra del maestro francés con la citada pintura de Madrazo, en la que se sustituye la presencia de Tintoretto asistiendo a su propia hija por la del Papa Urbano, cuyos rasgos y especialmente la forma de la barba recuerdan el aspecto del maestro veneciano descrito en el cuadro francés, que alude además al autorretrato de Tintoretto en el Museo del Louvre.
Cabe recordar que el cuadro de Cogniet gozó de un especial reconocimiento en el ámbito de influencia de los Madrazo: Leopoldo Sánchez del Bierzo, uno de los más estrechos colaboradores de Federico de Madrazo, realizó una copia del cuadro (Madrid, Museo de la Real Academia de Bellas Artes; Vicente Palmaroli realizaría otra copia (colección particular); pero sobre todo es conocido cómo se detuvo ante ella Eduardo Rosales de camino a Italia, encomiándola en su agenda de bolsillo de tal modo que Salas la llegó a tomar como uno de los puntos de origen de Doña Isabel la Católica dictando su testamento (P04625). Luis de Madrazo conservó durante toda su vida esta copia pintada por el andaluz Eduardo Cano de la Peña, discípulo de su hermano Federico (Texto extractado de G. Navarro, C.: "Luis de Madrazo, pensionado en Italia: El entierro de Santa Cecilia y sus dibujos preparatorios en el Museo del Prado", en Boletín del Museo del Prado. Museo del Prado, 2007, p. 130).