Ydioma universal. El Autor soñando
1797. Lápiz negro, Pluma, Tinta ferrogálica sobre papel verjurado, 248 x 172 mm. No expuestoYdioma universal es el dibujo preparatorio para el célebre Capricho 43, El sueño de la razón produce monstruos, que muestra ya la huella de haber sido transferido a la plancha de cobre. Presenta la composición final, posterior a la primera idea, de composición más confusa, aunque atractiva, ya que su técnica reflejaba el fuego de la pasión creativa, al representar la imaginación del artista por medio de rayos de luz que emergían de su cabeza. Entre estos se fundían las figuras imaginadas, que constituían los motivos de su arte, entre los que aparecía su propio autorretrato dominándolo todo y varios animales, el asno símbolo de la ignorancia y otros seres monstruosos junto a las aves de la noche, murciélagos y lechuzas. En ambos dibujos, como también lo estará en el aguafuerte, Goya se presentaba sentado y dormido sobre su mesa de trabajo, de estructura más abstracta en este segundo dibujo aquí expuesto. Las fuentes de inspiración, al menos en lo que se refería a la figura y posición del artista, son varias, como el grabado de J. B. D. Duprée sobre un dibujo de Charles Monnet para el frontispicio del segundo volumen de la obra de J. J. Rousseau, Philosophie, publicado en 1793, en que era protagonista el filósofo. Es aún más cercano el frontispicio de La Fortuna con seso y la hora de todos, de Francisco de Quevedo, en la edición de 1699, en cuya inscripción se hace referencia a su autoría de los Sueños, que ciertamente inspiraron a Goya sus Caprichos. En el aguafuerte final, el artista modificó la iluminación, que en el dibujo presenta todavía una gran zona de luz en el ángulo superior izquierdo, sustituida luego por las sombras de la noche en las que vuelan las aves nocturnas, cuyo número y posición en torno al artista cambió también en la escena definitiva. Por otra parte, la mesa de trabajo se convirtió en la estampa en un sólido bloque de piedra en el que se inscribía su nuevo e insólito título: El sueño de la razón produce monstruos, cuyas letras de contornos indefinidos, como escritas por un hilo de humo blanco a punto de desvanecerse, indicaban el espacio del sueño en que Goya presentó su escena. El dibujo tiene dos inscripciones, una referida a la numeración original, Sueño 1, que responde a la idea del artista de titular esta serie como Sueños, según la obra de Francisco de Quevedo, publicada entre 1606 y 1621. Utilizó como el escritor el lenguaje de las visiones de los sueños para criticar los vicios de la sociedad, comenzando por escenas de pura fantasía en torno a las brujas, a las que añadió posteriormente otras de carácter más realista. Aquí, en el frente de la mesa inscribió el título para la estampa: Ydioma universal. Dibujado y Grabado por Fco. de Goya, año 1797, ya que esta escena estaba pensada originalmente como frontispicio, y más abajo, la intención programática de la serie: El autor soñando. Su yntento solo es desterrar bulgaridades perjudiciales, y perpetuar con esta obra de caprichos, el testimonio solido de la verdad. Se referían estas palabras a las ideas plasmadas en las 80 láminas, como lo hacía también en el anuncio de su publicación en el Diario de Madrid (6 de febrero de 1799), en que explicaba los Caprichos como “la multitud de extravagancias y desaciertos que son comunes a toda sociedad civil”. En el dibujo rodean a Goya y sobrevuelan sobre su cabeza […] el mundo oscuro que se presenta al artista en su sueño. En la parte baja, el lince está sentado junto a la silla de este último en la misma posición que en la estampa y yergue la cabeza de puntiagudas orejas en la que destacan sus ojos brillantes y atentos, que constituyen la característica que le ha convertido en símbolo de agudeza visual y por tanto de sutileza intelectual, utilizado desde Cesare Ripa, a principios del siglo XVII, como compañero de la Fantasía, mientras que en el siglo XVIII simboliza también la Razón y la mirada analítica propia de la Ilustración, que es capaz de hacer visible lo invisible [...]. Uno de los manuscritos creídos contemporáneos, el del Museo del Prado, la explicaba desde una posición conservadora, al justificar que Goya hubiera dedicado su imaginación a representar esa nueva zona oscura del hombre, más allá de la consciencia racional y ordenada, que se había revelado sin vuelta atrás después de la Revolución Francesa: “La fantasía abandonada de la razón produce monstruos, y unida a ella, es madre de las artes”. Otras explicaciones modernas admiten que Goya confirió a la Razón dormida y soñando cualidades que ya a fines del siglo XVIII se atribuían a la imaginación creadora capaz de “exponer a los ojos formas y actitudes que solo han existido hasta ahora en la mente humana, oscurecida y confusa por la falta de ilustración o acalorada por el desenfreno de las pasiones”. Así lo expresaba el artista en su anuncio de la venta de los Caprichos y por medio de ese mundo que se le abría al artista en el orden social nuevo cumplía el papel de denuncia de los vicios del hombre y de la sociedad. Ydioma universal está ejecutado con la misma técnica minuciosa que el resto del conjunto de los Sueños, dibujados todos a pluma con tinta de bugalla de aspecto ligeramente metálico y originalmente negra, cambiada por el tiempo en el color castaño grisáceo que ahora presenta. La precisión y finura con que Goya realizó estos dibujos preparatorios para la serie, revelan que fue fundamental para él definir cada detalle, con lo que logró precisar las escenas y el significado exacto de cada una. Aparte de las obras relacionadas depositadas en el Museo del Prado, se encuentran por un lado, en el Museum of Fine Arts de Boston, una prueba de estado antes del aguafuerte adicional de los Caprichos 43 (aguafuerte y aguatinta de 292 x 205 mm, núm. H 78.I.2); por otro, una lámina de cobre con recubrimiento electrolítico de acero de la misma serie en la Calcografía Nacional de Madrid (218 x 152 mm, núm. 3469). En cuanto a observaciones, hay una impronta de la huella de la lámina, dejada por la presión del tórculo durante el proceso de calco del dibujo sobre la plancha de cobre de 217 x 152 mm, además de puntizones de 25 mm. Aparece en el catálogo de dibujos de Gassier con la numeración II 39 (Texto extractado de Mena Marqués, M., Ydioma Universal, en Matilla, J. M. y Mena Marqués, M. (dir.): Goya: Luces y Sombras, Barcelona: Fundación La Caixa, Barcelona: Obra Social La Caixa-Madrid: Museo Nacional del Prado, 2012, pág. 78-81, n. 3).