Mariano Fortuny y el escultor Vincenzo Gemito coincidieron en Portici, en villa Arata, durante el verano de 1874. Se hicieron amigos, se admiraron mutuamente y Gemito, apasionado artista con una gran capacidad expresiva, casi pictórica, y una personal y espontánea modernidad de gran viveza esculpió su retrato en el mes de septiembre a petición del propio pintor. Modeló una exquisita cabeza en terr