Uno de los géneros de pintura de naturaleza muerta que alcanzó mayor popularidad en España fue el de los floreros, en los que el atractivo de la vistosidad y variedad que ofrece por sí esta temática se suma el que proporcionan las infinitas posibilidades de combinación de las especies vegetales entre sí, a lo que se podían unir animales, perspectivas de jardines y objetos vinculados a la vegetació
Las obras de Pedro Camprobín constituyeron la alternativa más importante que hubo en Sevilla a mediados del siglo XVII a los bodegones de Francisco y Juan de Zurbarán, lo que le permitió dominar el mercado local tras sus muertes. Frente al rigor geométrico y la concentración expresiva de estos, Camprobín prefirió composiciones en las que los objetos se disponen de manera aparentemente más casual,
El interés por conseguir obras bellas y atractivas indujo a los pintores a incluir en sus pinturas objetos principales y otros subordinados al efecto de éstos, a modo de enriquecimiento complementario, de carácter precioso y sugestivo, con objeto también de expresar su maestría a la vez que diferenciar unos cuadros de otros, para clientes distintos. Esta especie de competencia consigo mismos para
El interés por conseguir obras bellas y atractivas indujo a los pintores a incluir en sus pinturas objetos principales y otros subordinados al efecto de éstos, a modo de enriquecimiento complementario, de carácter precioso y sugestivo, con objeto también de expresar su maestría a la vez que diferenciar unos cuadros de otros, para clientes distintos. Esta especie de competencia consigo mismos para