Dos campesinos, después de desuncir sendos carros de sus respectivas yuntas de bueyes, descansan a la orilla de un arroyo. Les rodea un paisaje ondulado, de horizonte amplio y gran desarrollo del cielo. Un caserío en segundo término, un castillo al fondo y una delicada gradación de la intensidad y tonos de la masa vegetal y de las gamas cromáticas sirven para construir de manera verídica y eficaz
De nuevo, la fuerza expresiva y los efectos escenográficos predominan en la composición otorgándole un fuerte carácter dramático similar al de las obras de los maestros flamencos de principios del siglo XVII, que sin duda Collantes conoce en profundidad. En la superficie del lienzo se ordenan con claridad y cierta simetría los volúmenes. A derecha e izquierda, el pintor dispone a contraluz dos mas
El lienzo representa un paisaje cuyo desarrollo se organiza en tres planos que se escalonan en profundidad. Este recurso es frecuente en la pintura flamenca del género, y cuenta en España con numerosos ejemplos que sin duda el pintor tuvo que conocer. En los elementos que lo conforman se aprecia además un juego de líneas verticales y horizontales, ordenadas y compensadas con claridad, que recuerda
El autor de esta pintura, Francisco Collantes, es quizá el mejor y más conocido pintor español de paisajes de la primera mitad del siglo XVII. Este género de pintura, considerado menor, secundario y esencialmente decorativo por todos los teóricos del momento, no es muy abundante en España; sí lo es, por el contrario en los Países Bajos y en Italia, lugares en los que desde fines del siglo XVI exis
Domina la composición un gran paisaje de invierno, identificable tanto por lo inerte de la vegetación como por la nieve que cubre montes y valles o la que sigue cayendo. La acción en sí misma también orienta sobre la fecha, pues lo que representa es a los pastores que acuden a adorar al Niño Jesús en los días cercanos al solsticio de invierno. Son hombres y mujeres que llevan regalos en cestas y s
Imagen de San Onofre (siglo V), ermitaño persa que se retiró como anacoreta al desierto de Tebas, recibiendo milagrosamente de un cuervo su ración diaria de alimento. A sus pies, una corona y un cetro hacen alusión a su origen Real ya que, según la leyenda, era hijo de un rey persa, a cuyos bienes terrenales renunció en favor de la oración y la meditación. Contemporáneo de Velázquez, Collantes des