Según Vasari, Guidobaldo II, duque de Urbino, encargó a Franco unos diseños para mayólica tras el fracaso de éste al decorar la bóveda del coro de la catedral de Urbino con un fresco de gran tamaño sobre la Coronación de la Virgen. Acertadamente, el Duque decidió que el estilo meticuloso y elegante de Franco se adaptaba mejor a obras de menor formato. En consecuencia pidió al artista diseños para