La obra de Francisco Ribalta se incluye dentro de la pintura naturalista del primer tercio del siglo XVII. Vinculado duran-te veinte años a Madrid y su entorno, más concretamente al monasterio de El Escorial, Ribalta adoptó inicialmente las formas expresivas de los manieristas reformados, un grupo de pintores italianos que en los últimos años del siglo XVI desarrollaron su actividad en El Escorial
La presencia en Valencia en 1521 de varias obras de Sebastiano del Piombo, adquiridas por el diplomático Jerónimo Vich, sirvió de estímulo a varias generaciones de artistas de la región. En esta pintura recientemente atribuida a Ribalta, el artista adaptó la figura de la Magdalena incluida en una de esas obras, el Llanto sobre Cristo muerto hoy en San Petersburgo y, al prescindir de los otros pers
A finales del siglo XVII, la iconografía de san Francisco se amplió, sustituyéndose gran parte de los temas clásicos biográficos por episodios más complejos, especialmente visiones arrebatadas, éxtasis místicos que conectaban con la nueva estética del Barroco y que proporcionaron, en el caso de san Francisco, una nueva orientación en la representación del santo, cuya vida era presentada por la Ord
Es esta una de las composiciones más bellas de la producción final de Ribalta. La figura de Cristo parte de un modelo realizado por Sebastiano del Piombo en su Llanto sobre Cristo muerto (San Petersburgo, Hermitage), obra que el español copió en dos ocasiones. La corpulenta anatomía de Cristo, las facciones y la expresión de su rostro, así como el sentido lumínico están en deuda con la pintura del
Dios Padre, con tiara papal, sostiene por los hombros el cuerpo de Cristo muerto, que descansa sobre sus rodillas. Sobre el pecho del Padre se representa la paloma del Espíritu Santo. Ángeles niños a ambos lados, ayudan a sostener los brazos del Hijo.La atribución a Herrera, que aparece en el Inventario de 1879, no parece en absoluto convincente. Sánchez Cantón lo reprodujo como obra probable de R
En el centro la Virgen arrodillada de frente, con las manos juntas, recibe la corona que colocan sobre sus sienes Cristo, sentado a su derecha con el torso desnudo y Dios Padre a su izquierda. Sobre ella, el Espíritu Santo rodeado de una corona de querubines, a ambos lados, ángeles músicos, tocando laudes, violas y trompas.La atribución a Ribalta, que aceptó Sánchez Cantón, es difícilmente admisib
Dibujo en el que se representa a San Juan Bautista arrodillado, de perfil a la derecha, con la cabeza de frente y alzada, mientras se apoya en la cruz de caña con la mano izquierda y extiende con la derecha la escudilla hacia la fuente. Fondo de paisaje.La atribución, sin ser segura ni totalmente convincente, puede aceptarse provisionalmente aunque la técnica difiera un tanto de los escasos dibujo
En pie sobre el creciente de la luna, al cual se enrosca el dragón infernal, alza sus ojos al cielo. De su cuerpo parten rayos luminosos, y rodea su cabeza la corona de estrellas. Ángeles mancebos y niños rodean, a modo de orla, toda la composición. Es dibujo indudablemente valenciano, y evoca composiciones y tipos del círculo ribaltesco, sin que pueda afirmarse que sea suyo. Incluso podría pensar
Es uno de los escasos dibujos conservados de Francisco Ribalta y obra importante para el conocimiento de su estilo.