A su regreso de Nápoles, para manifestar que era soberano de todos sus súbditos, en lugar de desembarcar en Valencia o Cartagena, más próximas a Madrid, Carlos quiso hacerlo en Barcelona. Esta no era ya la ciudad rebelde de la Guerra de Sucesión, pero aún perduraba en ella el recuerdo de sus enfrentamientos. La acogida fue entusiasta: tres días de galas, audiencias y luminarias, con decoraciones e
El 27 de septiembre de 1760 murió la reina María Amalia, dejando viudo a Carlos III, que no se volvió a casar. Este aguafuerte muestra las exequias celebradas en Barcelona. Obra de los hermanos Francisco y Manuel Tramullas, la estampa representa distintas alegorías coronadas por la Eterna Felicidad.