En el interior de una estancia en penumbra, una mujer desnuda se inclina para secarse el cuerpo con un gran paño blanco, reflejándose en el agua del baño, que apenas asoma en el primer término. Detrás, un pesado cortinaje verde cae sobre una especie de baúl o banco corrido. Considerado con toda justicia como el más hermoso desnudo de toda la pintura española del siglo XIX, el presente lienzo es qu
Aunque Eduardo Rosales no fue, ante todo, retratista, esta obra muestra la valentía y modernidad con que supo interpretar la lección de Velázquez y de Goya en este género. Se trataba de un encargo importante, dado que la retratada era la primogénita y predilecta entre los cinco hijos que tuvo el general Francisco Serrano y Domínguez, duque de la Torre (1810-1885). Serrano era el personaje de máxim
Obra cumbre de la pintura de historia del siglo XIX que marcaría la decisiva transformación de este género en España, este celebérrimo cuadro fue presentado por Rosales a la Exposición Nacional de 1864, donde sería premiado con una primera medalla, que supuso el reconocimiento de su autor en los círculos artísticos oficiales y una verdadera convulsión para los pintores españoles de su generación.A
La pintura plasma un instante de la Batalla de Tetuán, ocurrida entre las tropas españolas y marroquíes dentro de la guerra que ambos países sostuvieron entre 1859 y 1860. Las tropas españolas atacan desde la derecha y las marroquíes están disparando junto a una tienda de campaña. Este episodio fue el más importante hecho de armas de la guerra hispanomarroquí, librado el 4 de febrero de 1860. Las
Después de haber revolucionado la pintura de su tiempo con el cuadro Doña Isabel la Católica dictando su testamento (P4625), Rosales volvió a conmocionar desde sus cimientos el panorama artístico español al presentar a la Exposición Nacional de 1871 este nuevo lienzo histórico, que el malogrado pintor consideró siempre como su mejor obra, y con el que volvió a obtener una primera medalla, rodeada
Doña Isabel la Católica dictando su testamento es una obra cumbre de la pintura de historia del siglo XIX que marcaría la decisiva transformación de este género en España. Éste celebérrimo cuadro fue presentado por Rosales a la Exposición Nacional de 1864.Ejecutada por Rosales en Roma a los 28 años, entre el otoño de 1863 y el verano siguiente, la gestación de esta gran obra maestra está perfectam
Esta obra tuvo su origen en un encargo realizado por José Olea, coleccionista de obras de Rosales. El pintor la comenzó en Roma en 1868 y la terminó en Madrid al año siguiente. Junto con la Presentación de Don Juan de Austria al emperador Carlos V en Yuste (P4610) es un buen ejemplo de la adecuación del cuadro de historia a un formato de menores dimensiones, más apropiado para residencias burguesa
Esta pintura, de gran importancia en la producción de la madurez de Rosales, quedó inacabada por su temprana muerte. Su ejecución muy libre es elocuente del modo de hacer del artista en su última época, que ejerció una gran influencia sobre los artistas de la generación posterior, especialmente sobre Francisco Pradilla. Este pintor trató ese mismo tema en una obra homónima conservada por el Prado