El conjunto de las pinturas murales de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo (Segovia) fue trasladado a lienzo en 1947 y reconstruido en el Museo del Prado lo más fielmente posible a su disposición original. Los muros de la capilla están decorados con figuras de ángeles, Apóstoles y escenas evangélicas, y los testeros presentan dos temas bíblicos: Bóveda, centro: El Pantocrátor sostenido por cuat
El conjunto de las pinturas murales de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo (Segovia) fue trasladado a lienzo en 1947 y reconstruido en el Museo del Prado lo más fielmente posible a su disposición original. Los muros de la capilla están decorados con figuras de ángeles, Apóstoles y escenas evangélicas, y los testeros presentan dos temas bíblicos: Bóveda, centro: El Pantocrátor sostenido por cuat
El conjunto de las pinturas murales de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo (Segovia) fue trasladado a lienzo en 1947 y reconstruido en el Museo del Prado lo más fielmente posible a su disposición original. Los muros de la capilla están decorados con figuras de ángeles, Apóstoles y escenas evangélicas, y los testeros presentan dos temas bíblicos: Bóveda, centro: El Pantocrátor sostenido por cuat
El conjunto de las pinturas murales de la ermita de la Vera Cruz de Maderuelo (Segovia) fue trasladado a lienzo en 1947 y reconstruido en el Museo del Prado lo más fielmente posible a su disposición original. Los muros de la capilla están decorados con figuras de ángeles, Apóstoles y escenas evangélicas, y los testeros presentan dos temas bíblicos: Bóveda, centro: El Pantocrátor sostenido por cuat
Retablo gótico de grandes dimensiones. La tabla central representa La Virgen con el Niño, y tras ellos cuatro ángeles sosteniendo el paño de brocado y otros cuatro tocando instrumentos musicales. San Benito y San Bernardo, santos de la Orden Benedictina, de pie, protegen al arzobispo Sancho de Rojas (arzobispo de Toledo entre 1415-1422), a quien la Virgen le está poniendo la mitra y al rey don Fer
Este tríptico es la principal creación y la obra que da nombre a un discípulo anónimo de Rogier van der Weyden, antes identificado como Vrancke van der Stockt. Abierto muestra la Expulsión del Paraíso, la Crucifixión y el Juicio Final. La tabla de la izquierda representa la Expulsión del Paraíso, con diversas escenas alusivas a la Creación en la rosca del arco. El Maestro de la Redención del Prado
Esta pintura representa el profeta Isaías, cuyo nombre puede leerse en la filacteria. Aparece sentado en un trono en posición oblicua, de tres cuartos. Sostiene en sus manos un libro abierto, escrito con letras en negro y rojo de difícil lectura y comprensión, puesto que no fueron representadas para ser leídas. El santo viste una túnica y un manto de color verde intenso, el segundo más oscuro y at
Evidentemente recortado, representa el busto de un personaje masculino, por lo que debió de tratarse en origen de una media figura. La capucha que le cubre la cabeza y los restos de filacteria desplegados en la parte inferior permiten constatar que se trata de un profeta, identificado por Joan Molina i Figueras como el profeta Daniel. Debió de formar parte de una subpredella de retablo, junto con
El Jardín de las delicias es la creación más compleja y enigmática del Bosco. Para Falkenburg, el tema general del Jardín de las delicias es el destino de la humanidad, el mismo que el del Carro de heno (P02052), aunque el Bosco lo visualice de distinta manera, mucho más explícita en la tabla central del Carro de heno que en la del Jardín. Para aproximarnos al significado de la obra, es necesario
Bernardino Luini abordó varias veces este pasaje del Nuevo Testamento (Marcos 6, 27-28), siendo la versión conservada en la Gallería Uffizi de Florencia la más próxima a la del Museo del Prado, que sólo difiere de aquella por incluir a una sirvienta en compañía de Salomé. Aunque la Biblia señala que la cabeza del Bautista le fue mostrada a Salomé en un plato o bandeja, pintores flamencos del siglo
La pintura representa el momento en que Judit entrega la cabeza de Holofernes a su sirvienta, en actitud de abandonar la tienda donde yace inerte el cuerpo del general. La escena tiene lugar en plena noche en el campamento asirio, y el pintor emplea violentos contrastes de luces y sombras, en línea con el gusto creciente de la escuela veneciana por un claroscurismo intenso que veremos culminar en
Se trata de una pintura de muy discreta calidad para cuya realización se recurriría a varios de los ricordi que atesoraba la bottega familiar, y por citar sólo un referente cercano, el caballo y la pareja de perros a la derecha repiten puntualmente los que aparecen en similar posición en la Reconvención de Adán (P21). Esta yuxtaposición de modelos explica los notorios problemas de escala que aflor