Compañero de La fábula de Leda (P120), el original se guarda en el Kunsthistorisches Museum de Viena y muestra a Júpiter transformado en águila, en el momento en que rapta al joven Ganimedes. Formaba parte de una serie de cuatro escenas mitológicas que realizó Correggio para el duque de Mantua y éste regaló a Carlos V. Son testigos del gusto por la pintura mitológica que se extendió entre la corte
El rapto de Ganimedes aparece en las Metamorfosis de Ovidio en el libro X, (155-160): “(...) El rey de los dioses ardió en otro tiempo de amor por el frigio Ganímedes y se encontró algo que Júpiter prefería ser antes que lo que era. Sin embargo, no se digna transformarse en ave, a no ser la que pueda llevar sus rayos. Sin demora, tras batir el aire con sus falsas alas, raptó al Ilíada, que ahora p
Prendado de la belleza de Ganimedes, Júpiter, tras convertirse en águila, lo raptó y lo elevó al Olimpo. El joven Ganimedes es arrebatado al cielo por el águila, ante los gestos asombrados de los pastores que contemplan impotentes el extraño prodigio.
El Ganimedes (E000035) del Museo del Prado, composición romana del siglo II d. C. basada en modelos helenísticos, constituyó en el siglo XVII el timbre de orgullo de la colección formada en Roma por el marqués del Carpio. Sabemos que éste lo adquirió en 1678, pagando por él ciento treinta escudos, en la almoneda de los bienes del cardenal Massimi, y que lo hizo dibujar en el llamado Álbum del Carp
La escultura representa a Ganimedes, hijo del rey de Troya, que, como su descendiente Paris, fue pastor en la niñez. Por esta razón no sólo lleva el gorro frigio de los troyanos y la clámide del joven héroe, sino también un cayado largo y nudoso y, sujeto a la correa, un perro de complexión delicada, cuyo collar está decorado con aplicaciones cuadradas de metal. La posición algo ambigua de Ganimed
Es una litografía de Cayetano Rodríguez (activo en Madrid entre 1826 y 1837) que reproduce el óleo de Pedro Pablo Rubens conservado en el Museo Nacional del Prado (P01679). De esta estampa existen pocos ejemplares. Salió al mercado sin encuadernar en ninguno de los tres volúmenes de los que constaba la Colección litográfica de cuadros del rey de España el señor don Fernando VII, dirigida por José