Fue Ballarin quien descubrió en la Sala de Juntas de la Universidad de Barcelona, donde estaba depositada atribuida a un seguidor de Leandro Bassano, la que probablemente sea la mejor pintura de Jacopo en el Museo del Prado y una de sus más impresionantes obras tardías. La pintura se antoja una refutación a escala monumental de la caracterización dada por Vasari de Jacopo en la segunda edición de
Hacia 1576-1577 se fechan los Elementos, última de las series de cuatro lienzos ideadas por Jacopo tras la de Noé y las Estaciones. Se conocen tres series incompletas salidas de la bottega con distinta participación de Jacopo. De la original, con intervención predominante de Francesco, queda el Aire (Berlín, Kaiser Friederich Museum); de una posterior de 1578-1580, ejecutada mayoritariamente por L
Esta obra, junto con Eolo (P1716), aparecen citadas en el palacio de la Zarzuela (inventario de la Testamentaría de Carlos II, 1701-1703) como "dos Pintturas Sin marcos de Uara y media de altto de los elementtos del fuego y el ayre". Curiosamente, Ponz, en su Viage, cuando relata su experiencia en el convento de capuchinos del Pardo, en Madrid, cerca del río Manzanares, menciona que "del gusto de
El impacto de una sorprendente revelación, explorado en clave de historia sagrada en La túnica de José (Patrimonio Nacional, Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial, núm. inv. 10014694), tiene su complemento mitológico en La fragua de Vulcano, el otro lienzo que Velázquez trajo a Madrid después de su estancia en Italia, adquirido con su pareja para las colecciones reales en 1634 y destinado al
Vulcano, dios del fuego para los romanos y heredero del griego Hefesto, fue arrojado al mar por su madre Hera tras su nacimiento y allí fue recogido y criado por Tetis, madre de Aquiles. Rubens conocía con detalle los textos de Homero y de Virgilio, y no hay duda de que se inspiró en ellos al representar al dios Vulcano junto a partes de una armadura. En el libro VIII de la Eneida se describe el m
La alegoría se desarrolla en el marco de unas frondas oscuras que ocultan en parte una gruta -la fragua de Vulcano-, mientras que por el otro lado se abren a un horizonte marítimo dominado por el cráter de un volcán. En primer término se describe la visita de Venus, con Cupido y unos amorcillos, a la fragua de su marido. La obra forma parte de una serie de los Cuatro Elementos pintada por varios a
El nacimiento del Sol y el triunfo de Baco está considerada la pintura más bella y magistral que Giaquinto realizó durante su estancia en España al servicio de la corte del rey Fernando VI, a excepción de sus grandes decoraciones murales en el palacio real de Madrid. Giaquinto es quizás el artista italiano de más profunda huella en el ámbito pictórico español, debido a las obras que realizó en el
A la derecha, Vulcano sentado ante el yunque, rodeado de armas. A la izquierda, Venus se le aparece, rodeada de amorcillos, que recogen las armas destinadas a Eneas.Es dibujo perfectamente concluido, que puede servir de antecedente a la técnica y a los modelos de Piazzetta. Sirvió, quizá, de preparación para un grabado, ya que Venus sostiene aquí la flecha en la mano izquierda, apareciendo así la
Desnudo, de pie, de frente, la cabeza de tres cuartos, en escorzo visto desde abajo. Dibujo preparatorio para la figura correspondiente en el fresco de la Caída de los Gigantes en el Palacio Real de Madrid (Texto extractado de Arnáez, R.: Catálogo de Dibujos. II. Dibujos Españoles. Siglo XVIII (A-B), Museo del Prado, Madrid, 1975, p. 21-22).
Esta estampa reproduce la pintura de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez que se conservaba en el Palacio Real de Madrid, hoy en el Museo del Prado (P01171). E. J. Glairon-Mondet grabó la plancha de cobre (Calcografía Nacional, Madrid, R. 2750) en el año 1798, por la que cobró 40.000 reales, a partir del dibujo de Francisco Alcántara (Calcografía Nacional, Madrid, Inv. 151). La estampa forma parte
Esta estampa reproduce la pintura de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez que se conservaba en el Palacio Real de Madrid, hoy en el Museo del Prado (P1171). E. J. Glairon-Mondet grabó la plancha de cobre (Calcografía Nacional, Madrid, R. 2750) en el año 1798, por la que cobró 40.000 reales, a partir del dibujo de Francisco Alcántara (Calcografía Nacional, Madrid, Inv. 151). La estampa forma parte
Esta estampa está encuadernada en un álbum sobre obras de Velázquez del coleccionista Pennant (véase G02277). Reproduce la pintura de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez que se conservaba en el Palacio Real de Madrid, hoy en Museo del Prado (P01171). La estampa forma parte de la serie editada por la Compañía para el grabado de los cuadros de los Reales Palacios, aunque no llegó a publicarse duran
Esta estampa reproduce la pintura de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez que se conservaba en el Palacio Real de Madrid, hoy en el Museo del Prado (P01171). E. J. Glairon-Mondet grabó la plancha de cobre (Calcografía Nacional, Madrid, R. 2750) en el año 1798, por la que cobró 40.000 reales, a partir del dibujo de Francisco Alcántara (Calcografía Nacional, Madrid, Inv. 151). La estampa forma parte
La estampa está encuadernada en un álbum sobre obras de Velázquez del coleccionista Pennant (G02277). Es una litografía de Pierre-Jules Jollivet que reproduce el lienzo del mismo título de Velázquez conservado en el Museo Nacional del Prado (P01171). Esta estampa se entregaba con el cuadernillo XVII e iba acompañada de un texto explicativo de Juan Agustín Ceán Bermúdez. Se incluía en el volumen I