Desde la izquierda, se marca un camino que se dirige hacia una tapia de piedra abierta que resguarda lo que parece ser una era en la que un campesino airea el cereal. Bordeando este cercado, árboles y algún arbusto que se recortan sobre las montañas y el cielo al fondo. El dibujo (D05187) recoge este mismo paraje desde un punto de vista ligeramente más alto y cercano añdiendo la figura de un mulo
Paisaje de los alrededores del Monasterio de Piedra, Nuévalos (Zaragoza). El convento, enclavado en las inmediaciones del río Piedra, da nombre al Parque Natural que se creó en su entorno. A la izquierda, arbustos delante de una rústica tapia de piedra, delimitadora, sobre la que asoma una gran arboleda. Al fondo, vertiente montañosa recortándose sobre el cielo. A la derecha, un riachuelo corre so
Paisaje de Nuévalos (Zaragoza), localidad situada en la confluencia de los ríos Piedra y Ortiz. En su término municipal está enclavado el Parque Natural del Monasterio de Piedra.A la izquierda y en diagonal, un tejadillo de una construcción rústica cubierto en parte de vegetación. Detrás y más difuminado, se observa un muro perteneciente a una vieja construcción amurallada que se recorta en parte
Paisaje de los alrededores del Monasterio de Piedra, en Nuévalos (Zaragoza). El convento, enclavado en las inmediacionesdel río Piedra, da nombre al Parque Natural que se creó en su entorno.A la izquierda, masa de arboleda que se recorta sobre el cielo y la ladera de una montaña. En primer término, se abre una zona sombría cubierta de matojos y arbustos que da paso a otra iluminada por el sol más
Paisaje de Nuévalos (Zaragoza), localidad situada en la confluencia de los ríos Piedra y Ortiz. En su término municipal está enclavado el Parque Natural del Monasterio de Piedra.A la izquierda, se abre en cuesta un camino pedregoso bordeado por matorrales y árboles, que se pierde tras una barrera rocosa a la derecha. fondo montañoso recortado sobre el cielo. Es probalbe que se trate del mismo para
Sobre una explanada, arbustos cobijados por un pequeño promontorio. A la derecha, una construcción, semejante a un aljibe, y detrás, gran extensión de árboles frutales entre los que sobresalen los altos troncos de las palmeras, a la izquierda diseminadas y a la derecha en un bosque más compacto. Fondo montañoso difuminado cuyas cimas se coronan por brumas y nubes bajas en un cielo que torna limpio
En una composición horizontal, favorecida por el propio formato del soporte, se plasma una llanura con un desnivel en el centro del terreno en el que junto a un bosque de palmeras se alza un aljibe para el riego de los cercanos frutales que se insinúan a la derecha. Entre este palmeral sobresalen cinco ejemplares que con sus altos tronco enlazan y funden las dos franjas horizontales en que está cl
De izquierda a derecha, se abre un camino jalonado por restos de troncos talados que dan paso a una zona de vegetación en cuyo fondo y en una franja que casi ocupa toda la dimensión horizontal, crece un bosque de olivos. A la derecha, muy diluidos los perfiles de las montañas en la lejanía que se recortan sobre un amplio y despejado cielo. En el ángulo inferior derecho, primer plano de vegetación
Por la izquierda, sobre la base blanca de la preparación que en parte queda al descubierto, se abre un camino en diagonal que se pierde en la lejanía en dirección a unos palmerales que se vislumbran, a lo lejos a la derecha. A la vera de este camino y remarcado por su sombra, el aljibe de una alquería o casa de campo de labranza, rodeada de palmeras, a la que se accede por unas escaleras. Cielo az
A la derecha, un montículo terroso en cuya cima se observa escasa vegetación. Entre los cerros horadados por el cauce del río, va marcándose el discurrir zigzagueante del agua en cuyas orillas se intuye la presencia de tres lavanderas con sus cestos de ropa. Cielos luminosos sobre la base de un azul ultramar (Texto extractado de: Gutiérrez Márquez, A.; Carlos de Haes en el Museo del Prado 1826-189
Siguiendo el formato horizontal habitualmente usado en estas panorámicas, Haes plasma en una franja estrechísima de tierra una explanada en cuyo fondo se vislumbra un terreno de frutales salpicados de troncos de palmeras a la izquierda. En el centro una especie de choza o barraca y más al fondo se aprecia una alquería. Línea de horizonte muy baja dejando más de tres cuartas partes del cuadro a la
Paisaje de los alrededores del Monasterio de Piedra, Nuévalos (Zaragoza). El convento, enclavado en las inmediaciones del río Piedra, da nombre al Parque Natural que se creó en su entorno. En la ladera pegregosa de una montaña se alza una arboleda delante de una tapia de piedra. Plano muy próximo para el estudio de los árboles y minuciosa pincelada para el del follaje, resaltando los juegos de luc
Paisaje de los alrededores del Monasterio de Piedra, Nuévalos (Zaragoza). El convento, enclavado en las inmediaciones del río Piedra, da nombre al Parque Natural que se creó en su entorno. Sobre un terreno pedregoso se abre, a la izquierda, un abrupto camino enmarcado entre dos grandes rocas, que se pierde entre los cerros de una cima lejana. Más a la derecha y sobre la línea del horizonte montaño
Sobre una amplia llanura crecen numerosos arbustos delante de una tapia tras la que se vislumbra los tejados de unas granjas o casas rurales. Al fondo, recortándose sobre el cielo, los macizos y los riscos del puerto de Despeñaperros (Texto extractado de: Gutiérrez Márquez, A.; Carlos de Haes en el Museo del Prado 1826-1898, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2002, p. 198).
A la izquierda, bordeado de matorrales y arbustos, se abre un sendero por el que transitan varias vacas y que se dirige hacia el fondo del valle en el que se adivina el asentamiento de una población entre la masa boscosa. Cerrando la composición, las elevadas alturas de la cordillera que recorre el Delfinado en cuyas cimas persisten manchas de nieve que se diluyen en la claridad de un cielo nítido
En la ladera de un monte y de izquierda a derecha, varias encinas sobe el declive de la montaña. En la lejanía, se vislumbra el perfil de una planicie desdibujada. Cielo salpicado por alguna nube desvaída (Texto extractado de: Gutiérrez Márquez, A.; Carlos de Haes en el Museo del Prado 1826-1898, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2002, p. 314).
Amplia panorámica de un paisaje montañoso, en cuyo primer plano se abre un camino forestal que se bifurca en senderos que conducen a las inmediaciones de una granja rodeada de árboles. Un hombre cubierto con boina y apoyado en un varal se pierde por uno de los recodos del camino y, a la vera del sendero más cercano, se observa la presencia de una aldeana y ganado vacuno. La comparación con su boce
En la ladera de un monte, cubierto de vegetación de clima templado, y sobre un camino pedregoso intensamente iluminado por el sol, discurre un campesino a lomos de un mulo. A la sombra de unos arbustos, descansa otro aldeano cuyo perro azuza al jumento. Sobre ellos, dos montículos prominentes se yerguen ante la bahía en cuyas aguas se vislumbran minúsculos veleros y sobre la playa, unos barcos var