Ismael, hijo de Agar, golpea a Isaac, hijo de Sara, mujer de Abraham. Esta pidió a su marido que despidiera a Agar y a su hijo para evitarlo y para que este no pudiera heredar de Abraham (Génesis 21: 8-14). Giordano se vio muy condicionado por el formato radicalmente vertical de esta pintura. Por ello concibió una composición en dos planos con dos historias sucesivas. En la parte baja se ve la rey
El santo portugués aparece representado de tres cuartos, de pie, junto a un oratorio o bufete cubierto por un paño, sobre el que reposa un libro y una vara de azucenas, mientras sostiene al Niño Jesús en sus brazos. Se trata de una obra en la que Giordano trata de imitar el estilo de Ribera.
"David contempló desde la terraza de su palacio a la bella Betsabé que se encontraba desnuda bañándose. Preguntó por ella y le respondieron que se trataba de la mujer de Urías, el jeteo, lo cual no desanimó al rey, que mandó llamarla y durmió con ella, quedando Betsabé embarazada. David envió a Urías a la muerte, dejando así libre el camino para tomar por esposa a Betsabé" (Samuel II, 11: 2-27).La
Ubaldo y Carlo lograron penetrar en el palacio encantado de Armida, donde se encontraba ella con Reinaldo, entregados a sus juegos amatorios. Reinaldo, apoyado sobre la joven, contempla su rostro reflejado en un espejo. Dos figuras asoman en el bosque para urgirle a que abandone su retiro amoroso y regresar al combate.
Ante la preocupación de no encontrar varones en la tierra, las hijas de Lot embriagan a su padre para yacer con él y asegurarse la descendencia que propague la estirpe (Génesis 19, 31-35). Al fondo se vislumbra el incendio de Sodoma y la esposa de Lot convertida en estatua de sal, tras desobedecer el mandato de Dios. La obra forma parte de una serie de lienzos de formato apaisado con escenas del A
Giordano ofrece una versión amable del pasaje bíblico que narra el encuentro del rey David y Betsabé, dando relevancia a los elementos exóticos, anecdóticos o decorativos, donde solo la sensualidad de Betsabé remite a la escabrosa historia narrada en el Libro de Samuel (II, 11: 2-27). David, acecha en el segundo plano, pintado con trazos ligeros y rápidos, construidos directamente sobre la prepara
Un día, cuando Jacob estaba preparando un guiso, Esaú llegó agotado del campo y le pidió de comer. Jacob le solicitó a cambio su renuncia a los derechos aparejados a la primogenitura, a lo que Esaú acepto bajo juramento (Génesis 25: 29-34). Es pintura que revela las excelentes dotes de narrador de su autor. La escena se desarrolla en un interior, aunque la figura de Esaú se recorta sobre una venta
La santa, con hábito y una tosca túnica cogida al cuello, dirige su vista hacia el cielo. Su mano izquierda cae sobre el pecho, mientras que en la derecha porta un ramo de azucenas, que aluden a su pureza. En la cabeza, una guirnalda de rosas recuerda su nombre. El nimbo que la rodea refuerza su luminosidad con unas lenguas de fuego que producen una luz cremosa, que mitiga el rojo intenso de la pr
Se trata de un notable estudio nocturno con dos puntos de luz: la vela que porta la mujer de la derecha y el propio cuerpo de la recién nacida. Esta luz moldea de forma irreal el aspecto de las figuras, que aparecen violentamente contrastadas las más próximas a los focos de la iluminación y apenas visibles las demás.Para lograr el efecto buscado, Giordano aplicó diferentes recursos técnicos que co
La reina Mariana de Neoburgo (1664-1740), segunda esposa de Carlos II, lujosamente vestida, cabalga sobre un hermoso caballo blanco. Es evidente en él el deseo de imitar o emular a Velázquez, pues la silueta toda del caballo y la reina, derivan directamente del retrato velazqueño de Doña Isabel de Borbón (Museo del Prado, P01179), y el exquisito toque, aunque a escala reducidísima, parte, también,
Esta pintura ha sido relacionada con Durero (1471-1528) y con Lucas de Leiden (1494-1533). Supone un sobresaliente ejercicio de estilo que manifiesta su atenta observación de originales alemanes del siglo XV, cuya técnica Giordano intentó imitar. En ella Giordano aplicó una pincelada minuciosa y precisa de trazos cortos que reproducen con rigurosa exactitud el aspecto de los objetos, la incidencia
Se trata de una de las obras en las que Giordano trató de imitar los modos de Rafael de Urbino. Desconocemos datos importantes para su correcta interpretación, sobre todo, sobre su eventual voluntad de engañar a un comprador haciéndole creer que adquiría un original del maestro renacentista. Muestra de esa voluntad es la inclusión de un monograma a modo de firma, que Giordano situó en la roca visi
Santa Águeda, joven que fue martirizada en tiempos de Diocleciano, aparece representada de medio cuerpo, de frente, con el rostro girado hacia la izquierda y elevando los ojos al cielo. Viste una amplia camisa blanca que deja al descubierto unas heridas en los pechos que hacen referencia al objeto de su martirio. La luz procede del ángulo superior izquierdo creando contrastes de luces y sombras (F
Hércules vadea sin dificultad el caudaloso río Eveno, mientras que su mujer, la bella Deyanira, requiere para ello de los servicios del centauro Neso, quien aprovecha la situación para intentar forzarla. Hércules lanza sus flechas para matar a Neso. En su último aliento de vida, Neso engaña a Deyanira ofreciéndole su sangre bajo la promesa de que se trata de un elixir de amor que podría suministra
Débora, profetisa y juez, aparece encaramada en el monte en el que impartía justicia y donde aleccionó a Barac para que, con diez mil soldados, hiciera frente al ejército de Jabin, rey de Canaán, quien había sometido al pueblo de Israel durante veinte años. El general aparece en un plano inferior, a la izquierda, comandando su ejército y volviendo el rostro para recibir instrucciones de Débora. En
En un poderoso primer plano aparece Cristo doliente portando la cruz, con una soga al cuello. Giordano otorga a la obra un tono patético, a lo que colabora su dramática monocromía rota solo por las carnaciones, el halo de divinidad que irradia de su cabeza y la sangre que corre por su cuerpo. El rostro, sereno, y las huesudas manos refuerzan el dolor e invitan a la meditación sobre la pasión de Cr
Dios Padre irrumpe inundando la escena de luz, color y movimiento, asentado sobre nubes y rodeado de ángeles vaporosos de distintas edades. Su mirada en forma de rayo se dirige al rostro de Salomón, que duerme ajeno a lo que ocurre a su alrededor. En una mesa junto a la cabecera de la cama dispuso la corona y el cetro, símbolos de su poder. Sobre su cabeza aparece la Sabiduría Verdadera tomada de