En el siglo XVII las iglesias católicas de los Países Bajos Meridionales (la actual Bélgica) contenían numerosos altares donados por los gremios y las clases patricias. Este interior se inspira en la catedral de Amberes, pero no se trata de una representación fiel. En el templo vemos fieles elegantemente vestidos asistiendo a misa y dando limosna a los pobres.