Patinir representa a san Jerónimo sentado en el interior de un cobertizo de madera apoyado contra las rocas del primer plano. Como en el Paisaje con el martirio de santa Catalina de Viena (Kunsthistorisches Museum), el pintor eleva la línea del horizonte, lo que trae consigo el aumento del espacio dedicado al paisaje y la consiguiente reducción del celaje, aunque hay que recordar que éste se ha di
En el primer plano, en el centro, sobre una colina de forma semiesférica, aislada del resto como en la tabla de la Gemäldegalerie de Berlín, María, con una toca blanca cubriéndole los cabellos, túnica azul y manto blanco azulado, está sentada en el suelo, amamantando a su Hijo, totalmente vestido. En el plano medio, detrás de la Virgen, se inicia el bosque oscuro, integrado en el paisaje del fondo
El formato alargado y las dimensiones de este cuadro, junto con la elevación de la línea del horizonte y la consiguiente reducción del celaje, aumentan el espacio destinado al paisaje, que muestra las características que se suelen considerar como definitorias de la obra de Patinir. Como en el Descanso en la huida a Egipto (P1611), se incluye en primer plano, a escala adecuada a las proporciones de
Esta pintura de Patinir destaca por su originalidad y su composición, distinta a la habitual, formada por planos paralelos escalonados. Favorecido por el formato apaisado de la tabla, el autor divide verticalmente el espacio en tres zonas, una a cada lado del ancho río, en el que Caronte navega en su barca con un alma.Tomando como fuente de inspiración las representaciones anteriores del Paraíso o