Este lienzo forma parte de un conjunto integrado por seis pinturas apaisadas: Susana y los viejos (P386), Esther ante Asuero (P388), Judith y Holofernes (P389), La reina de Saba ante Salomón (P394), José y la mujer de Putifar (P395) y Moisés salvado de las aguas (P396), con un mismo esquema cromático, una acentuación general del dibujo en superficie y un ritmo de formas curvas que enlaza un cuadro
Este lienzo forma parte de un conjunto integrado por seis pinturas apaisadas: Susana y los viejos (P386), Esther ante Asuero (P388), Judith y Holofernes (P389), La reina de Saba ante Salomón (P394), José y la mujer de Putifar (P395) y Moisés salvado de las aguas (P396), con un mismo esquema cromático, una acentuación general del dibujo en superficie y un ritmo de formas curvas que enlaza un cuadro
El caballero de la cadena de oro es el mejor de los retratos de Jacopo Tintoretto que conserva el Museo del Prado y uno de los más destacados del pintor. Aunque los historiadores discrepan sobre su cronología, el dominio que muestra Tintoretto en este retrato, tanto de la anatomía como de la relación del modelo con el espacio, lo relacionan con sus llamados retratos en movimiento de la década de 1
Este lienzo forma parte de un conjunto integrado por seis pinturas apaisadas: Susana y los viejos (P386), Esther ante Asuero (P388), Judith y Holofernes (P389), La reina de Saba ante Salomón (P394), José y la mujer de Putifar (P395) y Moisés salvado de las aguas (P396), con un mismo esquema cromático, una acentuación general del dibujo en superficie y un ritmo de formas curvas que enlaza un cuadro