Esta pintura fue atribuida por vez primera a Cecco del Caravaggio por J. Ainaud de Lasarte. Entonces se sabía muy poco sobre este pintor, pero después fue identificado con Francesco Buoneri, quien trabajó en Roma durante la segunda década del siglo XVII y que antes había sido el discípulo más destacado de Caravaggio (1571-1610), con quien, tal vez, pudo haber tenido una relación que trascendía lo