Esta es una de las más bellas obras tardías de Zurbarán y una de sus más atractivas representaciones de Francisco, su santo patrón, al que pintó en numerosas ocasiones. Está firmada y fechada en un cartellino ficticio que parece adherido a la superficie del cuadro -motivo ya utilizado antes varias veces por el artista- y cuya esquina superior izquierda está doblada para producir una sombra. Es evi
Es una de las características composiciones con aves de corral, en las que d`Hondecoeter se especializó y que habían sido introducidas en Utrecht en 1619 por Roelant Savery (1576-1639), quien, a su vez, se había iniciado en este género -cuyo máximo y más influyente representante fue Peeter Snyders (1592-1667)- durante su estancia en la corte de Rodofo II de Praga. Sin embargo, d`Hondecoeter gustab
Esta interesante pintura, en la que Houasse describe un espléndido contraste entre colores de gama fría, en la figura del personaje y cálida, en la ambientación, muestra a Luis I, vestido con el hábito de novicio de la Orden del Saint-Esprit. Una inscripción sobre el lienzo indica: "LOVIS DE BOURBON PRINCE DES ASTVRIES AGE DE DIX ANS LE MOIS D´AOVST. 1717". Anteriormente atribuido a L. M. van Loo,
Esta vista de la plaza de San Pedro y los palacios Vaticanos es obra de Viviano Codazzi, pintor de arquitecturas y perspectivas con enorme fortuna en Nápoles y Roma. Esta pintura es un documento inestimable, de altísima calidad. Se trata de una vista topográfica, y al tiempo ideal, del lugar y sus arquitecturas. Como era frecuente en este género pictórico, el lienzo se convierte en depositario de
Por una galería pasean madre e hijo; viste la Reina traje de máscara, en colores rojo, negro y plata, y porta el antifaz en la diestra, lo cual es claro indicio de que se trata de un vestido de carnaval. El Delfín, aún vestido de faldones, lo que indica su corta edad, en oro viejo y manto bordado, sostiene en la mano izquierda un espadín.María Teresa, hija de Felipe IV y de Isabel de Francia, naci
Pintura realizada según el modelo de retrato armado que instauró Hyacinthe Rigaud (1659-1743). El modelo viste armadura moderna pero, debido a las dimensiones y la función del retrato, se sustituyeron el fondo de paisaje o de batalla, habitual en un cuadro de gran formato, por uno neutro. Sorprende que, para un pequeño retrato, se optara por una representación de aparato, aunque conocemos ejemplos
Probablemente se trata del retrato de la barbuda de Peñaranda que aparece entre los cuadros que el pintor Juan Sánchez Cotán (1560-1627) dejó a Juan Gómez en 1603. Otro retrato de la barbuda de Peñaranda se cita en 1629 en la colección de Pedro Salazar de Mendoza. Ambos cuadros estaban en Toledo y es muy probable que se tratara del mismo. Su identificación con el ejemplar del Museo del Prado se ba
Según el Evangelio de Juan (19, 34), la herida que muestra Cristo en el costado le fue infligida después de su muerte. Los dos ángeles, azules en su totalidad, son aparentemente querubines. San Juan Evangelista se adelanta para sostener a la Virgen dolorosa, quien, de rodillas y abrazando la cruz, tiene la boca muy cerca de la sangre que mana de las heridas de los pies de Cristo. Las tres mujeres
La pintura fue encargada a Juan Bautista Maíno hacia finales de 1634, y estaba todavía pintándola el 24 de marzo de 1635, fecha en que se le pagaron a cuenta los primeros 18.600 maravedíes en virtud de la libranza ordenada por el protonotario del Consejo de Aragón, don Jerónimo de Villanueva. Maíno la terminó y entregó el 16 de junio, cuando recibió los doscientos ducados en que fue estimada, proc
La pareja de representaciones del dios pagano del amor, Cupido, formada por esta obra y Cupido (P150) de Guido Reni, constituye un hermoso testimonio de la confluencia de arte y política durante el barroco. De una parte, sus autores son dos de los máximos protagonistas del triunfo de la pintura boloñesa en la primera mitad del siglo XVII. Ambos educados como artistas en el fecundo entorno de los C
Los contemporáneos de Reni reconocieron su extraordinaria habilidad para reproducir el aspecto ajado de la senectud, contrapuesto a la juventud y la belleza de sus imágenes de mujeres. San Pedro y san Pablo (P00220) proceden de la colección del II conde de Castrillo, que fue virrey de Nápoles entre 1653 y 1659.
Figura de cuerpo entero; sobre un sudario, con el rótulo de la cruz y la calavera. Firmado: Ioannes Anto. Escalante fat anno de 1663. Quizá sea el Cristo difunto que Palomino elogia extremadamente en la iglesia del Espíritu Santo de Madrid, diciendo que parece de Tiziano.
El asunto está tomado de La leyenda dorada de Jacobo de la Vorágine (siglo XIII), donde se narra el viaje de san Antonio Abad para visitar a san Pablo, el primer ermitaño cristiano (siglo IV), en el desierto de Egipto. San Antonio, a quien Velázquez presenta vistiendo el hábito marrón con capa negra de los hospitalarios de San Antonio, aparece cinco veces en el cuadro: a lo lejos se le ve pregunta
Aparece aquí san Juan en primer término, bastante joven y jugando con el cordero, que es uno de los atributos que lo identifican y constituye una referencia al Agnus Dei, la fórmula que utilizó el Bautista para referirse a Cristo. Esa referencia al Cordero de Dios es aquí doble, pues se repite en la filacteria que lleva en la cruz del cayado. Al fondo vemos al santo, elevado sobre una roca, predic
Representa la aparición de Cristo y la Virgen a san Francisco en la iglesia de la Porciúncula, en la que el santo les pidió indulgencia plenaria para todos los que peregrinaran a ese lugar. Conocemos el nombre del autor porque lo revela la firma que aparece en la zona derecha, a media altura, y gracias también al Museo pictórico (1724) de Antonio Palomino, en cuya biografía de Francisco Caro (h. 1
Tan peculiar pintura, interesante por múltiples conceptos, entre los cuales no es el menor su presentación directa, e incluso crudamente verista, que aproxima al espectador a realidades que en el mundo del Siglo de Oro resultaban absolutamente naturales, no poseía una atribución precisa cuando fue adquirida para el Museo del Prado. De procedencia desconocida no cabía una mínima propuesta de autorí
La reciente restauración ha cambiado su apreciación, pues la gruesa capa de barniz oxidado que cubría la superficie impedía ver el espacio y la profundidad de la composición. Ahora el cuerpo del gallo no se recorta contra el fondo negro y liso, sino que queda suspendido de una cuerda sobre una mesa situada en el interior de un espacio arquitectónico, al fondo se percibe un arco, y envuelto en una