Tajo del río Guadalevín en Ronda (Málaga).
Fernando Manzano y Pastor (1861-1893). Músico y compositor de zarzuelas. Hijo del pintor y de Adela Pastor y hermano del legatario.
Después de haber pintado en numerosas ocasiones a su hijo Ignacio Pinazo Martínez durante su niñez, el artista abordó esta obra cuando el muchacho contaba ya con catorce o quince años. Por entonces, tras un primer aprendizaje como pintor, practicaba ya la escultura, y solo un año después obtendría su primera crítica por la exposición de un busto en barro en el escaparate de un comercio de Valencia
Retrato de padre e hija en el interior de una estancia doméstica bien amueblada. La joven sostiene una partitura enrollada en la mano izquierda y detrás de ella puede verse un piano de mesa, en cuyo atril hay otra partitura. Retrato típicamente burgués que denota el rango social de los personajes: D. Pedro viste según la moda fernandina (casaca, calzón, medias y zapatos con hebillas) y rico pañuel
Participó en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1892 (no915) en la que obtuvo la 3a medalla.
Es un buen ejemplo de retrato doble de madre e hija, relativamente frecuente hacia la mitad del siglo XIX, como atestiguan otras obras. En ellas, lo mismo que en los de padre e hijo, es el más joven quien aparece en pie. El retrato solía hacerse en el momento de presentación en sociedad de la joven que, al retratarse junto a su madre, aparecía ante el modelo de su futura trayectoria, consolidada e
María del Carmen Terry Dorticós (hacia 1856 - Madrid, 1926) fue hija de Tomás Terry Adán y de Teresa Dorticós y Gómez de Leys. Casó con el sevillano Guillermo de Perinat y Ochoa, fallecido en 1895, adeministrador de Rentas Reales de Cienfuegos, Cuba. Recibió el título de I marquesa de Perinat en atención a sus servicios benéficos, el 6 de marzo de 1893, después de ser retratada.
Formado primero en su tierra natal y a continuación en la Academia de San Fernando de Madrid, Rafael Texedor Díaz, llamado "Tegeo", marchó en 1824 a Roma para completar sus estudios, según indicación de su maestro el pintor alicantino José Aparicio (1773-1838). El prestigio adquirido con la realización de un buen número de obras religiosas en sus años romanos, le franqueó el acceso a la Academia a
Seguramente sea éste uno de los cuadros de argumento infantil donde Jiménez Aranda muestra más claramente su especial sensibilidad en las escenas en las que tiene por protagonistas a niños, casi siempre en entornos de paisajes naturales de campo y arboleda, en las que dejó algunas de las obras más bellas de toda su carrera. En ellas logra transmitir toda la vivacidad despierta de los gestos y acti
La escena tiene lugar ante el órgano del Coro del Arzobispo en la catedral de Toledo (1758).
La composición, de fuerte influencia veneciana, especialmente en la figurilla del acólito a la izquierda, que recuerda mucho los escorzos de Tintoretto, se repite con ligeras variantes en un lienzo de la predella de un retablo de la iglesia carmelita de Alba de Tormes, de fecha ignorada, pero que por una serie de referencias debe corresponder a los últimos años de la vida del pintor. Se representa
Fernando Manzano y Pastor (1861-1893). Músico y compositor de zarzuelas. Hijo del pintor y de Adela Pastor y hermano del legatario.
La interpretación del tema tradicional presenta algunos elementos característicos del espíritu dinámico del artista. Santa Isabel parece precipitarse sobre la Virgen con un amplio movimiento traducido en lo oblicuo de su posición, que a Angulo hacía evocar un ímpetu similar al de Alonso Berruguete, cuyo retablo en las Úrsulas de Toledo seguramente conocería Rizi. San Zacarías alza los brazos en ge
Antonio Maura y Montaner (Palma de Mallorca, 1853-Torrelodones, Madrid, 1925). Jurista y político. Fue ministro de Ultramar (1893), de Gracia y Justicia (1894) y de Gobernación (1902). Fue cinco veces presidente del Gobierno entre 1903 y 1921. Hermano del pintor. Posa con uniforme de ministro.
Este retrato es una de las piezas más delicadas de la retratística infantil de Tegeo, captado desde el cariño familiar y desde la ternura que una niña de tres años puede inspirar en la atenta retina de su progenitor, especialmente dotado como artista para la captación de la gracia, la fragilidad y el encanto de las figuras infantiles y del entorno que las rodea, particularmente marcado a través de