San José, que está representado casi de cuerpo entero y ostenta la vara florecida que tradicionalmente lo identifica, agarra con su mano derecha el brazo izquierdo del Niño Jesús, retrayéndolo de tomar las frutas que parecen en un frutero de mimbre apoyado en una repisa. Esta acción aparentemente insignificante está repleta de contenido, pues el Niño viste una camisa carmesí y las frutas predomina
El interés por conseguir obras bellas y atractivas indujo a los pintores a incluir en sus pinturas objetos principales y otros subordinados al efecto de éstos, a modo de enriquecimiento complementario, de carácter precioso y sugestivo, con objeto también de expresar su maestría a la vez que diferenciar unos cuadros de otros, para clientes distintos. Esta especie de competencia consigo mismos para