Las guirnaldas de flores y frutas rodeando escenas religiosas se popularizaron como reacción a las ideas protestantes que negaban el culto a las imágenes. En el origen de este tipo de obras fue fundamental el cardenal Federico Borromeo, arzobispo de Milán, y protector de Jan Brueghel el Viejo. En este cuadro, Jan Brueghel pintó la guirnalda, y Rubens las figuras. Se trata de una sugerente reflexió