Como es habitual en Herrera el Mozo, en esta obra supo ofrecer una alternativa a los modelos más habituales de la iconografía concepcionista española en la segunda mitad del siglo xvii, caracterizada por la abundancia de imágenes en las que predomina el dinamismo y el impulso ascensional, y en las que la gama cromática es amplia y rica en tonos cálidos. Dinamismo y brillantez cromática definen tam
Este doble retrato ecuestre presenta, a la izquierda, a Juan Nepomuceno Roca de Togores y Carrasco (Murcia, 13 de diciembre de 1801-Madrid, 25 de marzo de 1883), VII conde de Villaleal y III de Pinohermoso, con grandeza de España de primera clase. Casado el 9 de octubre de 1838 en Valencia con Inés Sanz de Vallés y Monserrat, marquesa de Mascarell de San Juan, dama de la reina y de la orden de Mar
Después de haber pintado en numerosas ocasiones a su hijo Ignacio Pinazo Martínez durante su niñez, el artista abordó esta obra cuando el muchacho contaba ya con catorce o quince años. Por entonces, tras un primer aprendizaje como pintor, practicaba ya la escultura, y solo un año después obtendría su primera crítica por la exposición de un busto en barro en el escaparate de un comercio de Valencia
Dos navíos mercantiles holandeses están atrapados en una violenta tormenta en medio del mar. La ausencia de todo indicio de tierra aumenta el dramatismo de la escena. Sólo el cielo azul que se abre por encima de las plomizas nubes cargadas de agua permite albergar alguna esperanza de salvación para las naves y su tripulación. Por sus rasgos estilísticos, esta escena podría corresponder a la produc
En el pequeño embarcadero de una playa son despedidos los viajeros de un velero que los transportará al gran navío anclado mar adentro. Un bote de remos se acerca por la izquierda con algún viajero rezagado. En el centro del plano inmediato al espectador, dos hombres cuentan dinero, quizá el pago de los viajeros por ser llevados al navío. En el velero flamea la bandera de Ámsterdam y, en el navío,
Las llamadas escenas de mercado, con su colorido muestrario de alimentos y utensilios de cocina, son escenas de alto contenido erótico, expresado a través de las aves y los animales de corral, así como de los lácteos que los campesinos aparentan ofrecer al espectador. En la pareja situada a la derecha el erotismo se hace explícito. Estas escenas fueron muy populares en Flandes en el siglo XVI.
Sorolla mostró a lo largo de toda su producción artística un claro interés por la representación de modelos infantiles -en los que prefirió sobre todo los de su propia familia- que copiaba del natural sin quedar sujeto al posado obligatorio del retrato convencional. Así, en sus pinturas de niños pudo desplegar todo el talento de su obra más íntima y madura, captando con extraordinaria viveza la es
Pedro Rodríguez de Campomanes, primer Conde de Campomanes, nació en Santa Eulalia de Sorriba (Principado de Asturias) en 1723 y murió en Madrid en 1802. Su vida estuvo volcada en la política, lo cual se puede asegurar por los numerosos cargos oficiales que desempeñó. Su pensamiento político ha sido clasificado como perteneciente al despotismo ilustrado y se opuso al monopolio gremial y de La Mesta
Pintura también conocida como Embarco del Dux en la Riva degli Schiavoni, se fecha tras 1595, año en que Leandro fue ennoblecido, por hacer constar la firma su condición de caballero. En el siglo XVII llegaron a España dos obras de esta temática con características similares, hoy conservadas en el Museo Nacional del Prado y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (n. 546). Ambas tuvieron
Herodes y Herodías, situados a la derecha de la composición, están sentados a una mesa concebida en escorzo por el pintor. Ambos contemplan, en el caso del rey con estupor, cómo Salomé les presenta en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista, obtenida como recompensa a su danza (Marcos, 6 21-29). El último término está ocupado por arquitecturas iluminadas con habilidad, de indudables reminiscenci
Aunque Ribera se dedicó preferentemente a la pintura religiosa, también nos ha dejado varios cuadros que tienen como protagonistas a figuras aisladas, construidas con una técnica naturalista, y portadoras de significados alegóricos. Una de ellas es esta mujer de perfil que sostiene en sus manos una balanza. Si fuera joven, si no mirara torvamente y si no estuviera vestida con harapos probablemente
Presentado a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1858 fuera de catálogo, el cuadro es el primer ejemplo de este tema aparecido en dichos certámenes, en los que luego surgirían varias secuelas. Aunque había sido citado repetidamente en las biografías dedicadas a Martí Alsina, el lienzo en cuestión se mantuvo como de autoría anónima hasta principios de los 90s, suponiendo su recuperación una a