Cuadro de la serie con escenas de la vida de san Benito que adornaban el claustro del monasterio de San Martín. Felipe de Castro (ca. 1750/1764) se limitó a señalar que "las pinturas del claustro son de mano de Fray Juan Ricci" y Ponz (V, 1776, 5.a división, párrafo 15) que "las [pinturas] de la Vida del mismo Santo en el claustro son de Fr. Juan Rizi, Religioso de la Orden; y de su misma mano son
Vestido con el típico sayal de los franciscanos, sujeto por el rústico cordón con los tres nudos significativos de los votos de pobreza, castidad y obediencia. Sostiene en su mano un crucifijo, mientras que se aprecian visiblemente las llagas en su propio cuerpo. En esta ocasión la representación del santo no trata de acercarse a la descripción hecha por su biógrafo Tomás de Celano que habla de un
Como aclara la inscripción autógrafa que el cuadro conserva al dorso, la escena representa un paisaje del primer capítulo de la 2a parte del Quijote, en que el Ingenioso Hidalgo, postrado en cama por su febril locura, convaleciente tras su segunda salida, recibe la visita del cura y el barbero, quienes habían permanecido “casi un mes sin verle, por no renovarle y traerle a la memoria las cosas pas
La escena representa, según una interpretación muy personal del pintor, la primera expedición a las Indias de Cristóbal Colón (1451/1456?-Valladolid, 1506), y su llegada a Guanahaní el 12 de octubre de 1492, bautizando a esta tierra con el nombre de San Salvador. En tierra firme un Colón de blanca cabellera, rodilla en tierra, vestido de rojo, con el estandarte enhiesto en su mano izquierda y la e
Marietta (1560-1590), hija mayor del pintor Jacopo Robusti “il Tintoretto” (1518-1594), pintora y músico. Según la tradición, su padre la pintó mientras yacía muerta en el lecho. Esta pintura, copia del original de Léon Cogniet, muestra la inspiración que ejerció sobre él Luis de Madrazo, a quien Cano de la Peña dedica su obra, con una clara influencia de una de sus obras más destacadas, El entier
Esta obra es un boceto preparatorio para el lienzo que se conserva en el Musée des Beaux-Arts de Lyon (Les Frères de la mort dans la campagne de Rome, A 2975), presentado por el artista en el Salón de París de 1863. Representa la actividad de la cofradía laica de San Giovanni Decollato, responsable en Italia de los cadáveres de los condenados y de los pobres
Este fraile benedictino, nacido en Puglia en 1215, fundó la Orden de los Celestinos aprobada por el Pontífice Gregorio X en 1254. Debido a la fama que alcanzaron sus visiones y milagros, el colegio cardenalicio pensó utilizarle como instrumento para sus intereses eligiéndole como Papa en 1294. Sin embargo, Celestino prefirió no abandonar su vida eremítica en el monte Morrone, en los Abruzos, y se
Al incluir esta obra en el catálogo del Museo del Prado, en la edición de 1878, Pedro de Madrazo señaló la procedencia del convento de la Trinidad calzada de Toledo. Parece sin embargo seguro que éste es el cuadro procedente de la provincia de Ávila, ya que formaba indudablemente pareja con Santa Gertrudis la Magna, obra desaparecida durante la Guerra Civil. La procedencia del Colegio de agustinos
María Magdalena es una de las santas más célebres del cristianismo, por haber conocido a Cristo y porque representó el paradigma de la mujer arrepentida. En su etapa de vida mundana suele caracterizarse con ricas vestiduras. Cuando se muestra como mujer arrepentida -como en esta pintura de Guercino- aparece semidesnuda y con largos cabellos, adorando el crucifijo. Otros dos de sus atributos más re
Patinir representa a san Jerónimo sentado en el interior de un cobertizo de madera apoyado contra las rocas del primer plano. Como en el Paisaje con el martirio de santa Catalina de Viena (Kunsthistorisches Museum), el pintor eleva la línea del horizonte, lo que trae consigo el aumento del espacio dedicado al paisaje y la consiguiente reducción del celaje, aunque hay que recordar que éste se ha di
María Magdalena se elevó en la espiritualidad de la Contrarreforma como un paradigma de rigor penitencial tras una vida pecaminosa. Aunque puede haber variaciones en su representación, aparece siempre reflejada como una mujer joven y hermosa que renuncia al mundo terrenal para concentrarse en una vida de mortificación y meditación. El asunto era propicio para mostrar la sensualidad del cuerpo semi
San Jerónimo medita ante un crucifijo en la soledad de su retiro. A su alrededor se despliega una amplia variedad de objetos que hacen alusión a diferentes facetas de su vida. Los libros, papeles y recados de escribir remiten a su gran actividad intelectual; la calavera a sus penitencias y el sombrero encarnado a su dignidad cardenalicia. Este lastimero pero conmovedor San Jerónimo penitente se co
El santo aparece recostado sobre una roca, en pleno éxtasis místico, tras la reflexión sobre la muerte a la que aluden la calavera, la cruz y el libro. Es confortado por un ángel músico según se narra en el libro Florecillas de San Francisco (Parte II, consideración segunda). Este hermoso cuadro, del que existe otra versión en el Kunsthistorisches Museum de Viena, se puede fechar por razones estil
San Onofre, eremita del siglo IV d. C., se retiró al desierto egipcio buscando la completa soledad. Como ocurre en otras obras realizadas para decorar el palacio del Buen Retiro de Madrid, este paisaje es el fruto de la colaboración entre dos pintores: el propio Lorena, responsable del paisaje, y un segundo y desconocido artista, autor del anacoreta.La formidable campaña de adquisiciones de obras