Se trata del modellino de La Destrucción de Numancia, preparatorio para el gran cuadro del que Madrazo tenía bosquejada la composición en febrero de 1808, en el momento en el que las tropas francesas entran en Roma. En efecto, el planteamiento narrativo y escenográfico de su composición se ajusta con toda precisión a las referencias históricas y literarias que Madrazo pudo manejar sobre este episo
Estudio de figura preparatorio para La destrucción de Numancia. José de Madrazo sitúa al fondo de la misma grada de la escalinata en que está encaramado Megara al gran sacerdote Dulcidio, apostado junto a un ara del que cogen antorchas y espadas para repartir entre los soldados y el pueblo numantino. Este personaje, de importante protagonismo en la tragedia de López de Ayala, tiene también una rel
Dibujo preparatorio para La destrucción de Numancia. Además de insinuar las figuras de Megara y Dulcidio, Madrazo esboza las líneas generales de la escenografía arquitectónica, trazando una línea de corte horizontal en la parte superior para ajustarlo al nuevo formato que fijará el boceto, además de indicar en su borde inferior la traza de una cuadrícula para traspasar su composición y marcar el e
Estudio de figura preparatorio para La destrucción de Numancia. Del grupo de soldados que responden con fervoroso entusiasmo a la proclama de Megara, adquieren principal protagonismo entre los estudios preparatorios los tres que figuran en primer término, sobre todo el que se encuentra más cercano al espectador, casi en el centro de la escena, con su vistoso casco emplumado y su gruesa capa movida