El título, iniciado con una conjunción copulativa, enlaza esta estampa de ejecuciones con la anterior, y es una prueba del modo en que Goya constata el fin inevitable que la guerra acarrea, aun cuando no se resigne a aceptarla y lo exprese mediante una de las imágenes más dramáticas del conjunto y que por ello se ha convertido en un icono de la soledad del hombre ante la muerte. El artista expresa