A la entrada de un bosque aparece sentada delante de unos juncos la Abundancia, personificada como Ceres, diosa de la agricultura y la fertilidad. Lleva el cabello adornado con espigas de trigo y sujeta el cuerno de la abundancia. La Tierra, sentada a sus pies y de espaldas al espectador, le hace entrega de unas uvas, uno de sus productos. Está encarnada en Flora, la diosa de la tierra que lleva e
La inclusión de insectos en los arreglos florales pintados les proporcionaba un fuerte sentido de realidad y verosimilitud. En este cuadro, Brueghel incluyó además una rana y un objeto que podría ser un huevo o quizás un bezoar, masa que se produce en el aparato digestivo de ciertos animales y al que se atribuían propiedades sanadoras.
Esta es una de las colaboraciones entre Jan Brueghel el Viejo y Rubens, un conjunto de pinturas que representan la alegoría de los cinco sentidos. La tradición pictórica en la que fue formado Jan Brueghel el Viejo, que aprendió junto a su abuela la miniaturista Maria Bessemers, convierte esta colaboración en un conjunto perfecto donde la perfección y precisión de la pincelada del primero se comple