Este cuadro y su pareja (P1043) fueron adquiridos por Carlos IV para su propiedad personal, pasando después a integrarse en las Colecciones Reales. Poseen una factura y composición que les aproxima a las obras del pintor francés Michel-Nicolas Micheux (1688-1733), dentro de una estética rococó, elegantemente sugestiva, al modo internacional, ya próxima a periclitar, desplazada por el triunfante Ne
La Virgen María alarga sus brazos hacia Jesús niño que, de pie, se acerca a ella. En el ángulo inferior izquierdo, San Juan, adornado con un collar de flores, ofrece una flor a su primo y, a la derecha, crece un lirio, símbolo de la pureza de María. En segundo plano, Santa Ana y Santa Isabel observan la escena. Al fondo, se distingue El abrazo en la Puerta Dorada, pasaje apócrifo de la vida de Mar
Esta obra forma serie con otros cinco cuadros (P1055, P4042, P4093, P5313 y P5314) procedentes del convento de San Felipe el Real, Madrid, desde donde pasaron al Convento de la Trinidad. En su contexto original estos floreros debieron ser considerados imágenes del mundo natural que elevaban los espíritus de los espectadores en alabanza al Creador. A juzgar por su estilo y su técnica, este cuadro
A la entrada de un bosque aparece sentada delante de unos juncos la Abundancia, personificada como Ceres, diosa de la agricultura y la fertilidad. Lleva el cabello adornado con espigas de trigo y sujeta el cuerno de la abundancia. La Tierra, sentada a sus pies y de espaldas al espectador, le hace entrega de unas uvas, uno de sus productos. Está encarnada en Flora, la diosa de la tierra que lleva e
Esta obra y su compañera (P6413) eran propiedad de Jean de Croy, conde de Solre y capitán de la Guardia de Arqueros flamenca -de la que Van der Hamen era miembro-. Ambas estaban en su palacio madrileño colgadas sin enmarcar a los lados de una sala que conducía a la galería de pinturas, y servían probablemente de ampliación ilusionista del espacio real al reproducir, quizá, el propio suelo de la ha
No se sabe nada sobre la vida del artista; ni siquiera se habría tenido noticia de su existencia si no fuera por dos obras firmadas y por algunos dibujos atribuidos desde antiguo. La más notable de sus obras es este hermoso bodegón, firmado y fechado que ha sido casi siempre relacionado con los de Sánchez Cotán. El otro cuadro, un mediocre Cristo varón de Dolores, firmado y fechado en 1631, repite
La inclusión de insectos en los arreglos florales pintados les proporcionaba un fuerte sentido de realidad y verosimilitud. En este cuadro, Brueghel incluyó además una rana y un objeto que podría ser un huevo o quizás un bezoar, masa que se produce en el aparato digestivo de ciertos animales y al que se atribuían propiedades sanadoras.
Mencionar el nombre de este artista supone establecer una clara referencia al mundo de la naturaleza muerta española en general, y a la pintura de flores en particular, de cuyas creaciones superlativas es el maestro consumado, en la medida en que se trata del principal cultivador de la especialidad en el apogeo del Siglo de Oro, tanto por la indiscutible calidad y abundante número de los ejemplare
Dentro de una elaborada guirnalda de flores, frutas y animales, aparece un cuadro en el que se representa a María con el Niño en el brazo derecho y una corona de flores en la mano izquierda. Las pinturas de la Virgen enmarcadas por guirnaldas eran muy estimadas en el mundo flamenco, como respuesta a la Reforma protestante que negaba la validez de las representaciones de la Virgen y los santos. Bru
Se trata de la composición más sobria de todas las versiones de la Inmaculada pintadas por Rizi, tal y como señaló Ángulo (1962). Su silueta evoca desde luego la de Ribera que se conservó en San Pascual de Madrid y que fue estudiada y copiada ampliamente por los pintores madrileños (Pérez Sánchez, 1974, p. 248) aunque en la posición de los cuernos de la luna dirigidos hacia abajo, siga el modelo d
Es la tabla central del retablo de santo Domingo procedente, junto con otras obras del Museo, del convento de Santo Tomás de Ávila, sede de la Inquisición. Seguramente en su origen formaron parte de dos retablos dedicados a santo Domingo de Guzmán y a san Pedro Mártir de Verona. Cruzada Villaamil vio todavía los recuadros de yeso en la galería.Para la elaboración de los ciclos de imágenes represen
El presente lienzo, de características propias bien definidas es pareja de otro, que también pertenece al Museo del Prado (P7912) y cuyas circunstancias paralelas comunes ayudan a valorar aún más los aciertos de Hiepes, cuando se consagra a reflejar las infinitas posibilidades estéticas que ofrece la representación de los temas que se inscriben en el ámbito de la naturaleza inanimada. Aquél está f
Una guirnalda de flores con forma romboidal rodea las figuras en grisalla de la Virgen, el Niño y San Juan. La obra es uno de los muchos ejemplos de la colaboración entre el pintor y jesuita Daniel Seghers, especializado en naturalezas muertas y flores, con Erasmus Quellinus, pintor de figuras. Sus obras en común alcanzaron gran éxito entre los coleccionistas europeos del Barroco. La disposición e
Ambos lienzos (P596, P597), que proceden de las colecciones reales españolas, son semejantes en composición a algunos modelos franceses e italianos realizados en el mismo momento. Pérez Sánchez (1983) ha anotado la coincidencia con obras de Nicolás de Baudesson, pintor francés formado en Roma, contemporáneo estricto del pintor madrileño.Portús (Portraits of Spain, 2012) considerando la agilidad y
Esta es la única ocasión en la que el Greco representó a San Antonio de Padua (1195-1231), una de las grandes figuras de la espiritualidad franciscana. El de Padua aparece en primer término y en imagen de algo más de medio cuerpo, sosteniendo una rama de lirios o azucenas, y un libro abierto sobre cuyas páginas emerge una representación del Niño Jesús. Esta imagen, que haría alusión a la aparición