Un panorama con cascadas se ofrece al espectador a un lado de la composición; al otro, diversos edificios oponen su masa geométrica racional a la expresión libre de la naturaleza. A manera de humanización del asunto desplegado sobre el lienzo, distintas y menudas figurillas aparecen en diferentes planos. La sugestión de las cascadas de Tívoli y su agreste ambientación es la razón principal que dir
Santa Apolonia fue una de las vírgenes martirizadas en Alejandría (Egipto) en el siglo III d. C., en plena persecución religiosa a los cristianos. En esta pequeña lámina sobre cobre el pintor boloñés plasma el momento en que la santa, atada a un poste, es torturada por dos verdugos, que le extraen los dientes con grandes tenazas. Ello explica que su atributo identificativo suela ser dicho instrume
En esta obra se aúnan los temas del descendimiento de la cruz y del llanto sobre Cristo muerto, asunto que, en una disposición asimétrica en diagonal, se presenta en primer término, buscando conmover al espectador ante el sacrificio de Jesús. Como su pareja, Martirio de los santos Plácido, Flavia, Eutiquio y Victorino (P118), difiere del original -pintado también para la iglesia de San Giovanni Ev
De más de medio cuerpo, con los ojos levantados al cielo, en actitud de contemplación aparece la santa representada con sus símbolos, la corona de reina, la rueda y la palma del martirio. Su cuello se adorna con un joyel de perlas. Considerada obra de escuela de Guido Reni, en el inventario de 1857; publicado como Domenichino, en 1962; atribuida a Guido Reni, por Pérez Sánchez (1965). Procede de l
En un bellísimo paisaje, pleno de luz y diferentes detalles, a cuál más refinado y auténtico, tomado del amplísimo repertorio que ofrece la naturaleza, en cuyos fondos se aprecian unas edificaciones, aparece la figura de la Magdalena a un lado contemplando una cruz, casi en éxtasis, con un libro ante sí. La presente obra prueba no solo el virtuosismo del autor al concebir e interpretar el tema, si
Pasaje de la vida de San Francisco de Asís atribuido a Ludovico Carracci. San Francisco aparece ataviado con un burdo hábito de color pardo, arrodillado ante dos ángeles, uno de los cuales porta una copa que muestra al santo y el otro se inclina en actitud de ofrecerle una casulla que el santo parece rechazar haciendo referencia a su humildad (Fotografía cedida por el Museo Provincial de Lugo, ins
Hijo del arquitecto Antonio Trevisani y alumno en Venecia de Antonio Zanchi, Francesco se formó con ambos antes de acudir a Roma, en donde trabajó con Carlo Maratti (1625-1713). En esta obra, propia de su estilo más tierno, el gusto por combinar un delicado colorido con una iluminación contrastada anticipa su inclinación al Rococó, de cuyos principios fue un importante cultivador.
Los apóstoles duermen en primer plano, indiferentes al sufrimiento de Cristo, que es asistido por los ángeles. Uno de ellos porta un cáliz, preludio de la Pasión. Ludovico es deudor de Correggio (h. 1489-1534) en el tratamiento de las figuras y los pliegues de los paños, algunos con detalles propios de una miniatura. La obra formó parte de la colección romana del pintor Carlo Maratta (1625-1713),
Réplica del cuadro de gran formato realizado por el artista para la Capilla Chigi, en la Catedral de Siena, pintado en 1664. El modelo de la Virgen aparece representado repetidamente en sus obras hacia 1670. Atribuida por primera vez a Maratti en la colección del príncipe Carlos (futuro Carlos IV), en el inventario de la Casita del Príncipe de El Escorial realizado en 1789. Considerado obra de esc
Tras la experiencia mística de la estigmatización, San Francisco es reconfortado por un ángel. El tema de la consolación angélica se hizo muy popular en la pintura italiana a partir de la segunda mitad del siglo XVI. El fuerte claroscuro y la descripción detallada de las telas y las alas del ángel denotan la influencia de Caravaggio, artista que Gentileschi trató personalmente en Roma durante los