Retrato de María de la Encarnación Beatriz Baltasara Valle-Inclán Blanco, conocida como Mariquiña, cuarta hija del escritor Ramón María del Valle-Inclán. La niña había nacido en 1919 en la Puebla del Caramiñal (Pontevedra), lo que permite fechar la obra en torno a 1928, cuando la modelo contaba ocho o nueve años de edad. Ante un característico fondo verde que evoca un textil decorado con arabescos
Sobre un fondo de vegetación, en el que apenas y confusamente se distingue el enramado frondoso de algún parterre de boj, se destaca la figura de medio cuerpo de la modelo Aline. El primoroso perfilado de su rostro contrasta con el carácter abocetado de su indumentaria, con la que logra transmitir diferentes sensaciones táctiles de excepcional verismo. Las facciones tan personales de su atractiva
El muchacho aparece sentado en una piedra, junto a su perro, y sobre un fondo de ribera. Romney logra una imagen infantil natural y amable, captada con la sencillez y la humanidad que le caracterizan. De aire neoclásico y colorido magistralmente entonado, posee esa elegancia vistosa tan estimada por la alta sociedad inglesa. El modelo ha sido identificado como un descendiente de los condes de Dudl
A finales del siglo XIX y en los inicios del XX los salones de la burguesía se ambientaron, sobre todo, con ejemplos de un realismo moderna, ecléctico y con matices idealistas en el marco de la tradición académica. Uno de los representantes de aquella tendencia dominante fue el leridano Jaime Morera y Galicia, discípulo predilecto de Carlos de Haes, que defendió su estética situándose en el términ
En un poderoso primer plano aparece Cristo doliente portando la cruz, con una soga al cuello. Giordano otorga a la obra un tono patético, a lo que colabora su dramática monocromía rota solo por las carnaciones, el halo de divinidad que irradia de su cabeza y la sangre que corre por su cuerpo. El rostro, sereno, y las huesudas manos refuerzan el dolor e invitan a la meditación sobre la pasión de Cr
Morales nos muestra aquí uno de sus temas más amables y afortunados, el de la Virgen con el Niño, si bien en este caso incluye la figura de san Juanito, que fija sus ojos azules en el espectador y, con gesto harpocrático, pide silencio para no disturbar el sueño de Jesús. La escena, iluminada por una intensa fuente de luz, destaca con viveza sobre un fondo casi negro. Mientras el Niño duerme pláci
La escena se desarrolla en un estudio de artista. La disposición de los pies del pintor, que descansan sobre una silla, fue usada como argumento para identificarlo con Casimiro, por su cojera. Entre los objetos dispersos por la estancia, aparecen: cuadros -en uno de ellos, el más visible, se encuentra la firma del autor y la fecha-, vaciados de escayola, un ánfora y varias piezas de una armadura.
Representa el acto final de la batalla. Barac, victorioso, atraviesa el arroyo de Quisón en el momento decisivo en el que el general enemigo, Sísara, es derribado de su carro, situado justamente en el centro de la composición. Vencido, su ejército, mucho más poderoso, fue aniquilado por los israelitas. En la parte alta aparece un grupo de ángeles, hacia el que se revuelve el protagonista de la esc
Tumbado tranquilamente en un banco de la iglesia, un monaguillo entona ensimismado las notas de una partitura, que apoya en sus rodillas. Junto a él, un vistoso ramo de flores y al fondo, tras una balaustrada, brillan en la penumbra las velas de un altar. Pintura sorprendentemente inédita para cuantos se han ocupado de la obra de Pinazo es, sin embargo, pieza importante entre los muchos cuadros de
Se trata de dos estudios de busto corto de una cabeza femenina, uno de frente y otro de riguroso perfil. De rostro almendrado, grandes párpados, nariz larga y boca muy breve, tiene el cabello rubio recogido en un moño y adornado con una cinta azul. Identificada tradicionalmente la modelo con la hija mayor de Federico de Madrazo, Luisa, que entonces contaría con diecinueve años y a la que retrata e
Este cuadro fue adquirido por Carlos II en 1689 en la almoneda de Gaspar de Haro y Guzmán, VII marqués de Carpio, quien fue embajador del rey español en Roma y posteriormente virrey de Nápoles. En Italia ejerció como mecenas de numerosos artistas y se convirtió en el principal coleccionista privado español de la segunda mitad del siglo XVII. Tras ser adquirida por el rey, la obra se destinó al Alc
Curiosamente no existen menciones de esta pintura en los inventarios de las Colecciones Reales anteriores a 1814, por lo que cabe pensar sea una adquisición de Carlos IV y no de sus regios predecesores en el trono español, Austrias o Borbones. Se conocen varios ejemplares de este asunto de composición y calidad bastante semejante -Roma, Galleria Capitolina; Florencia, Galleria Palatina; col. Sir D
La retratada ocupa prácticamente toda la superficie del lienzo y está representada en actitud frontal y solamente hasta las rodillas. Sobre un fondo neutro, algo aclarado, Sala ha pintado a una dama de edad madura, sentada en un sofá adornado con cojines. Mira hacia el espectador y su rostro revela un carácter enérgico, tanto en la expresión algo displicente de la mirada como en el rictus de los l
La iconografía de la Inmaculada Concepción, tema inspirado en el texto del Apocalipsis de San Juan, es muy frecuente en la pintura española, especialmente en las escuelas andaluza y madrileña. No hay que olvidar que desde España se propugnaba con insistencia la proclamación del dogma por parte de las órdenes religiosas. Desde 1644 se celebra aquí su festividad y los textos y las representacio
El retrato de Felipe V, primer Borbón que ocupó el trono español, muestra al monarca en la última fase de su vida -comenzó a reinar en 1700 y falleció en 1746-. Aparece caracterizado con armadura completa, sosteniendo en la mano izquierda el bastón de mando que, a manera de cetro, lleva grabados los castillos y leones heráldicos así como la flor de lis de la dinastía Borbón. Apoya en la cadera la
Cristo es representado como Salvador del Mundo, bendiciendo a la humanidad, entre San Juan y la Virgen, que se giran hacia él. Las tres figuras, de medio cuerpo, se sitúan bajo unos arcos de complicada tracería gótica. En el centro se abre una claraboya circular por la que asoma un ángel cantor. Es copia libre de las mismas figuras del Políptico del Cordero Místico de Jan y Hubert van Eyck de la C
Carreño plantea en este retrato de cuerpo entero la nueva imagen oficial de Carlos II en edad adulta, tomando como modelo el prototipo iconográfico establecido por la escuela retratística española. El rey luce una rica armadura alemana, espada, bastón de mando y banda carmesí de general de sus ejércitos, dotándole de un aspecto majestuoso y heroico. La armadura reproducida es la de la labor de asp
Amadeo I (Turín, 1845-1890), el rey efímero -como le denominaría años después el conde de Romanones-, fue elegido monarca constitucional de los españoles el 16 de noviembre de 1871 en el Congreso de los Diputados, después de un largo y complejo proceso diplomático internacional que tuvo lugar tras el destronamiento de Isabel II (1830-1904) en 1868, y que hizo recaer la Corona de España en la Casa