Las figuras de esta obra, así como las de las obras P1371 a P1379, se atribuyen a Peeter Bout.
La tipología facial de la Virgen, la seguridad del dibujo y la rotundidad con que están descritos los planos espaciales hicieron que esta obra fuera inicialmente atribuida a Claudio Coello (1642-1693), hasta que en 1986, cuando se tenía un conocimiento más preciso de la personalidad artística de Mateo Cerezo, Rogelio Buendía e Ismael Gutiérrez Pastor señalaran a este artista como su autor. Esa atr
Es una de las características composiciones con aves de corral, en las que d`Hondecoeter se especializó y que habían sido introducidas en Utrecht en 1619 por Roelant Savery (1576-1639), quien, a su vez, se había iniciado en este género -cuyo máximo y más influyente representante fue Peeter Snyders (1592-1667)- durante su estancia en la corte de Rodofo II de Praga. Sin embargo, d`Hondecoeter gustab
Fernando Manzano y Pastor (1861-1893). Músico y compositor de zarzuelas. Hijo del pintor y de Adela Pastor y hermano del legatario.
Ante un amplio paisaje Moisés es encontrado en la ribera del Nilo por la hija del faraón egipcio y su séquito. En el primer plano, un pastor duerme indiferente al acontecimiento que tiene lugar a sus espaldas. El frondoso paisaje, el río caudaloso con un puente y una ciudad a la derecha, en el último plano de la composición, suponen una licencia del artista, que evoca la vegetación original con un
Se trata de un estudio de paisaje caracterizado por la amplitud y horizontalidad del escenario, en el que el pintor ha concedido gran protagonismo al celaje. En un plano inferior y en el centro de la composición, puede verse a un pastor cuidando su rebaño de ovejas que pacen en la pradera, anécdota ésta que queda minimizada ante la importancia del paisaje castellano, con un tratamiento cada vez má
Paisaje con grupos de pastores y caminantes; a la derecha, un río o laguna con barcas y pescadores; fondo montañoso con vista de un pueblo fortificado. Las figuras de esta obra (así como las de las obras P1371 a P1379) se atribuyen a Peeter Bout.
Murillo ha pasado a la historia como uno de los grandes pintores de temas infantiles, y ello no sólo por sus famosas escenas costumbristas protagonizadas por niños, sino también por representaciones como ésta, en la que aparece el Niño Jesús en la metáfora bíblica del buen pastor que apacienta y cuida de sus ovejas. Se trata de un tipo de imágenes de gran éxito entre la sociedad sevillana de la ép
Se conocen dos versiones más de esta obra en Viena (Kunsthistorisches Museum, inv. n. 1581) y en colección particular en Padua. La primera ha estado atribuida tradicionalmente a Francesco, mientras la segunda fue adjudicada a Jacopo por Ballarin, quien la fechó hacia 1575. Para Ballarin, el ejemplar de Padua es el original del que derivarían las otras versiones y la primera Adoración de los pastor
Una figura con la poderosísima personalidad artística de Velázquez no podía por menos que dejar una profunda huella entre los demás pintores de la corte española. Esta influencia se notó especialmente en el retrato, pero también se advierte en otros géneros. Uno de ellos es el paisaje, y como ejemplo tenemos esta obra, que durante mucho tiempo estuvo atribuida al propio pintor sevillano. Se trata
Durante sus años en Roma, Poelenburch se inició en este tipo de escenas de tamaño medio o pequeño, en las que la presencia de las ruinas es tan potente que casi podría decirse son las verdaderas protagonistas de la escena. En el primer plano, que se encuentra ligeramente elevado, un pastor y una aldeana hablan junto a un rebaño de cabras. Detrás de ellos se abre un amplio espacio poblado por numer
Fernando Manzano y Pastor (1861-1893). Músico y compositor de zarzuelas. Hijo del pintor y de Adela Pastor y hermano del legatario.
Esta vista responde a la nueva visión del paisaje de montaña introducida por Pieter Bruegel el Viejo en la década de 1550. Frente a la visión fragmentada de Patinir, ofrece una representación del paisaje como un todo cerrado. Las montañas son las verdaderas protagonistas de la obra, mientras que las figuras son solo el pretexto que justifica su representación.