La obra formó parte del retablo de San Eloy, emplazado en la capilla del gremio de plateros de la iglesia de Santa Catalina, en Valencia, que fue un conjunto encargado a Juan de Juanes y realizado en colaboración con su padre, Vicente Macip. Muestra un interesante momento de transición en la pintura de ambos maestros, con elementos tomados de Sebastiano del Piombo y Rafael.