Por sus vibrantes toques luminosos, el tipo de pincelada deshecha y violenta y la crispación de sus actitudes se atribuyeron ésta obra, San Antonio Abad (P7636), y otras dos pinturas que representan a Santa Catalina y a San Agustín (hoy en el Museo Lázaro Galdiano) al pintor sevillano Valdés Leal, hasta que en 1944 Angulo Íñiguez, al reparar en lo que escribió Ceán Bermúdez sobre el gran parecido
La obra procede, junto con su compañera La Adoración de los Reyes Magos (P1129), y el Ecce Homo conservado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, del desaparecido Convento franciscano de los Ángeles de Madrid, donde los mencionan Palomino, Ponz y Ceán, constituyendo el banco de un pequeño retablo del Nacimiento, en la Capilla de Don Andrés de la Torre. Las dos escenas pasaron al Muse
La obra procede, junto con su compañera La Presentación de Jesús en el Templo (P1130), y el Ecce Homo conservado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, del desaparecido Convento franciscano de los Ángeles de Madrid, donde los mencionan Palomino, Ponz y Ceán, constituyendo el banco de un pequeño retablo del Nacimiento, en la Capilla de Don Andrés de la Torre. Las dos escenas pasaron a
Es una de las más bellas y ambiciosas composiciones del pintor, donde, partiendo de su maestro Carreño, alcanza un punto de más refinada personalidad y delicadeza. El gusto por las amplias y complejas escenografías le viene en este caso más que de Carreño, de la línea de Francisco Rizi y del joven Claudio Coello.El efecto luminoso que se busca en el sucesivo juego de contraluces, con la figura de
Se trata de la composición más sobria de todas las versiones de la Inmaculada pintadas por Rizi, tal y como señaló Ángulo (1962). Su silueta evoca desde luego la de Ribera que se conservó en San Pascual de Madrid y que fue estudiada y copiada ampliamente por los pintores madrileños (Pérez Sánchez, 1974, p. 248) aunque en la posición de los cuernos de la luna dirigidos hacia abajo, siga el modelo d
Forma parte, con otros lienzos de análogo formato (P7113, P3066, P3366, P5144, P5145 y P7534), de la decoración de la bóveda y el arco toral de la iglesia de Agustinos Recoletos de Madrid, donde los vio Palomino, refiriéndose a ellos como pintados últimamente, lo que pudiera interpretarse como que fuesen obra de sus últimos años. Ponz los vio también allí, aunque no indica sus asuntos, que Palomin
Esta obra destaca por su importancia y calidad, así como por el ímpetu del movimiento del ángel, quizás de origen riberesco. Destacanla diferente concepción del espacio y los celajes, que buscan -con las nubes que se adensan en el espacio sobre una línea de horizonte luminoso-, un efecto de masa, de solemnidad y fuerza notables. Tras la balaustrada, recortada a contraluz, concede una gran signific
La reina Mariana de Neoburgo (1664-1740), segunda esposa de Carlos II, lujosamente vestida, cabalga sobre un hermoso caballo blanco. Es evidente en él el deseo de imitar o emular a Velázquez, pues la silueta toda del caballo y la reina, derivan directamente del retrato velazqueño de Doña Isabel de Borbón (Museo del Prado, P01179), y el exquisito toque, aunque a escala reducidísima, parte, también,
La composición, de fuerte influencia veneciana, especialmente en la figurilla del acólito a la izquierda, que recuerda mucho los escorzos de Tintoretto, se repite con ligeras variantes en un lienzo de la predella de un retablo de la iglesia carmelita de Alba de Tormes, de fecha ignorada, pero que por una serie de referencias debe corresponder a los últimos años de la vida del pintor. Se representa
Pintado, junto con otros tres más, para la capilla del Cristo de la Paciencia del convento madrileño de los capuchinos; con ellos se pretendía recordar gráficamente la ultrajante profanación sacrílega, origen de la construcción del templo que se levantó con carácter expiatorio.Los hechos narrados sucedieron en Madrid hacia 1630. En casas del licenciado Parquero, situadas en la calle de las Infanta
La Adoración de los Pastores está firmada por Francisco Rizi y fechada en 1668, en un momento de plena madurez de su autor, uno de los principales representantes de la escuela madrileña de la segunda mitad del siglo XVII. Aunque el tema fue recurrente en la carrera de Rizi, la interpretación se aparta de otras versiones, y destaca en ella el singular desarrollo que tiene el fragmento dedicado a lo
Santo nacido en la diócesis de Solsona hacia 1200, su apellido verosímilmente era Sarró, pero se le apodó Nonato por nacer del vientre de su madre poco después de morir ésta. Trabajando como pastor, la Virgen de la Merced le pidió que ingresase en esta orden, donde trabó amistad con san Pedro Nolasco. Marchó a Argel para redimir cautivos y sufrió él mismo prisión. Nombrado cardenal en 1239 por Gre
La interpretación del tema tradicional presenta algunos elementos característicos del espíritu dinámico del artista. Santa Isabel parece precipitarse sobre la Virgen con un amplio movimiento traducido en lo oblicuo de su posición, que a Angulo hacía evocar un ímpetu similar al de Alonso Berruguete, cuyo retablo en las Úrsulas de Toledo seguramente conocería Rizi. San Zacarías alza los brazos en ge
Esta obra, junto con su pareja Felipe IV, orante (P01220), entremezcla diversos aspectos de la retratística española del barroco. En principio, las figuras orantes de Felipe IV (1605-1665) y su segunda mujer, Mariana de Austria (1634-1696), retoman la tradición del donante, que se remonta a la pintura religiosa medieval. El comitente era incorporado a la imagen sacra que encargaba, postrado en act
Forma parte, con otros lienzos de análogo formato (P7113, P3065, P3066, P5144, P5145 y P7534), de la decoración de la bóveda y el arco toral de la iglesia de Agustinos Recoletos de Madrid, donde los vio Palomino, refiriéndose a ellos como pintados últimamente, lo que pudiera interpretarse como que fuesen obra de sus últimos años. Ponz los vio también allí, aunque no indica sus asuntos, que Palomin
La santa mártir, en pie, ocupa dos tercios de la composición. Vestida con ropas lujosas, confeccionadas en ricas telas que se recogen en plegados ampulosos, muestra su figura concebida con monumentalidad. Su rostro, para el que Rizi ha utilizado un modelo femenino frecuente en su obra, y su mirada se dirigen hacia lo alto, donde un angelito, cuyo tipo también es habitual en la producción del pinto
Por su carácter y dimensiones se trata, sin duda, de un lienzo de altar, seguramente el que Palomino, Ponz, Ceán y otros vieron en el altar colateral de la Epístola, de la iglesia del Salvador de Madrid. La composición, de evidente monumentalidad, muestra al Santo apóstol en actitud erguida, apoyado en su cruz, y con la cabeza alzada, coronado de rosas que lleva una pareja de angelitos, uno de los
Forma parte, con otros lienzos de análogo formato (P7113, P3065, P3066, P3366, P5145 y P7534), de la decoración de la bóveda y el arco toral de la iglesia de Agustinos Recoletos de Madrid, donde los vio Palomino, refiriéndose a ellos como pintados últimamente, lo que pudiera interpretarse como que fuesen obra de sus últimos años. Ponz los vio también allí, aunque no indica sus asuntos, que Palomin