"El domingo celebré allí la misa y le dí la sagrada comunión. Inmediatamente quedó extasiada según costumbre, y su alma que suspiraba por su Criador parecía haber abandonado el cuerpo. Nosotros esperábamos que volviera en sí para recibir de ella consuelos espirituales, cuando de repente vimos que su cuerpo postrado en tierra se levantó un poco, se arrodilló y extendió brazos y manos. Su cara estab