Iluminado desde la izquierda y como si de una puesta en escena se tratase, se abre el telón para mostrar el retrato colectivo de una familia burguesa. A la izquierda, la figura de la esposa teclea descuidadamente el piano, mientras a la derecha las dos hijas rodean al padre que, en uniforme de campaña, pinta y muestra una escena bélica protagonizada por un corcel en movimiento. A su lado, la caja
Esta obra presenta, por su iconografía, uno de los autorretratos románticos más interesantes de las colecciones del Prado. Haciendo un uso efectista del trampantojo, Carlos María Esquivel resuelve inmortalizar su propia imagen con la fórmula del cuadro dentro del cuadro, mostrando su efigie pintada en un retrato ovalado, convenientemente enmarcado, situado sobre una repisa. Ante él, descansan dive
En 1864, un año antes de que la epidemia de cólera segara la vida de Víctor Manzano a los treinta y cuatro años, éste pintó uno de los cuadros más tiernos de su esposa y sus hijos en el interior de su residencia en la madrileña calle del Progreso. De cuerpo entero, sentada en una butaca y ataviada con un vestido de raso gris aparece la imagen de Adela Pastor, hija de Luis María Pastor, reconocido
Obra que forma parte del conjunto de las Musas, sin duda el más importante de la colección reunida por Felipe V e Isabel de Farnesio, aun hoy, uno de los orgullos del Prado. Este importante coro de ocho figuras sedentes, de las que el Cuaderno de Ajello reproduce siete, olvidando la de Urania, dio nombre a la sala en que Cristina de Suecia lo alojó en el Palacio Riario, y “Sala de las Musas” se ha
El Ganimedes (E000035) del Museo del Prado, composición romana del siglo II d. C. basada en modelos helenísticos, constituyó en el siglo XVII el timbre de orgullo de la colección formada en Roma por el marqués del Carpio. Sabemos que éste lo adquirió en 1678, pagando por él ciento treinta escudos, en la almoneda de los bienes del cardenal Massimi, y que lo hizo dibujar en el llamado Álbum del Carp
Estudio de un vaciado en yeso. (Texto extractado de Pérez Sánchez, Alfonso E.: Catálogo de Dibujos. II. Dibujos Españoles. Siglo XVIII (C-Z), Museo del Prado, Madrid, 1977, p.49).
Figura en la coleccion Fernández Durán como de Bartolomeo Passerotti. La flojedad de la ejecución puede indicar que se trata más de la obra de un discípulo que del maestro. Presumiblemente el modelo fue una estatuilla de bronce, o un vaciado de escayola de dicha estatuilla. Para que adquirieran destreza en el dibujo de figuras humanas, los artistas solían enseñar a sus discípulos precticando con d
Página 139 del Cuaderno italiano de Goya, D06068. La preceptiva reivindicación de los modelos clásicos, sobre la que gravitaban los programas académicos ilustrados, tiene su reflejo en el Cuaderno italiano a través de tres apuntes del Torso del Belvedere (pp. 58, 59 y 61) y cuatro del Hércules Farnese (pp. 139, 141, 143 y 145), copiados desde perspectivas diferentes. Reuter informa de cómo ambas e
Tercero de los cuatro estudios sucesivos (pp. 139, 141, 143 y 145) dedicados en el Cuaderno italiano a la estatua del Hércules Farnesio –Museo Archeologico Nazionale de Nápoles–. La hoja de parra que cubre el miembro viril fue añadida al original, ya en Nápoles, a comienzos del siglo XIX. El vaciado del Hércules Farnese de la Academia de San Fernando tampoco la tenía al iniciarse el decenio de 177
La escultura aquí figurada es la Fortuna (E000020) del Museo del Prado y, como en el caso de la obra anterior, podemos aún hoy suscribir la frase que le dedicaba Barrón a principios de nuestro siglo: “Ajello la trae dibujada y en el estado de conservación en que hoy se encuentra”. Tan solo una sombra de duda podría levantar una cabellera algo más esponjosa en el dibujo que en la estatua, pero lo m
La historia de esta estatua de Terpsícore (E000041), inspirador de la danza y de la poesía ligera, se inserta en el grupo de las Musas. Sin duda el grupo más importante de la colección reunida por Felipe V e Isabel de Farnesio, aun hoy, uno de los orgullos del Prado. Este importante coro de ocho figuras sedentes, de las que el Cuaderno de Ajello reproduce siete, olvidando la de Urania, dio nombre
Obra que forma parte del conjunto de las Musas, sin duda el más importante de la colección reunida por Felipe V e Isabel de Farnesio, aun hoy, uno de los orgullos del Prado. Este importante coro de ocho figuras sedentes, de las que el Cuaderno de Ajello reproduce siete, olvidando la de Urania, dio nombre a la sala en que Cristina de Suecia lo alojó en el Palacio Riario, y “Sala de las Musas” se ha
La escultura de la Musa Erato, inspiradora de la lírica coral (E000061) forma parte del conjunto de las Musas, sin duda el más importante de la colección reunida por Felipe V e Isabel de Farnesio, aun hoy, uno de los orgullos del Prado. Este importante coro de ocho figuras sedentes, de las que el Cuaderno de Ajello reproduce siete, olvidando la de Urania, dio nombre a la sala en que Cristina de Su
Para los escultores renacentistas y barrocos, acostumbrados a la tranquila armonía de Fidias y de todos sus seguidores, la estética movida e imaginativa de Mirón resultaba sin duda un problema difícil de entender. De ahí que cuando aparecía un torso mironiano sin cabeza ni extremidades, el restaurador buscase las soluciones más peregrinas y alejadas de la realidad: si un Discóbolo daba pie a la re
Grupo de San Ildefonso (E000028), la escultura más admirada y discutida del Museo del Prado. El grupo fue realizado, en la primera mitad del siglo I d. C., dentro de los cánones neoáticos muy despojados que informaron el estilo cortesano imperial desde la época de Augusto hasta la de Claudio. Al parecer, y según parece deducirse de las huellas analizadas durante su última restauración (en 1996), s
Es una de las ocho obras egiptizantes perdidas a principios del siglo XIX. La identificación propuesta por Ajello, que vería en esta figura a la diosa egipcia Bastet, asimilable a Artemis o Diana y adorada en Bubastis, se basa en el pequeño animal (imposible de identificar en el dibujo) que la figura pisa con su pie izquierdo. En el Museo Nacional de Reproducciones Artísticas se conserva un vaciad
Obra que forma parte del conjunto de las Musas, sin duda el más importante de la colección reunida por Felipe V e Isabel de Farnesio, aun hoy, uno de los orgullos del Prado. Este importante coro de ocho figuras sedentes, de las que el Cuaderno de Ajello reproduce siete, olvidando la de Urania, dio nombre a la sala en que Cristina de Suecia lo alojó en el Palacio Riario, y “Sala de las Musas” se ha
Es otra de las ocho obras egiptizantes perdidas a principios del s. XIX. La iconografía propuesta por Ajello no es correcta, puesto que el signo que la figura ostenta sobre su cabeza se parece más bien al de la diosa Nephthys. Sin embargo, cabe señalar que precisamente ese símbolo del tocado es el único elemento que aparece en nuestro dibujo como un añadido de fines del siglo XVII o principios del