Andrea Mantegna, una de las grandes personalidades del Quattrocento, se formó en Padua con el pintor y anticuario Francesco Squarzione, quien le transmitió un interés por la Antigüedad que consolidará después merced a sus contactos con los humanistas de la universidad paduana. Junto a esta fascinación por el clásico, sin parangón entre los pintores de su generación, el conocimiento de la obra de D