Las obras de Beruete a menudo representan los alrededores de Madrid, donde residía habitualmente desde noviembre hasta junio. Además de las vistas del Guadarrama desde la finca del Plantío de los Infantes, que pertenecía a su esposa, son también frecuentes las de la propia ciudad desde el suroeste, adonde le resultaba fácil llegar desde su casa, situada en el número 15 de la calle Génova. Esos par
Tiene también por título: Vista de Madrid desde el Manzanares.En la obra aparece el paisaje de la orilla del río Manzanares con la silueta de Madrid al fondo, donde pueden identificarse algunos de los edificios más significativos, como la cúpula de San Francisco el Grande. En primer término, la figura de un hombre con un grupo de vacas. La gama de colores pardos utilizada y el tipo de pincelada em
Tiene también por títulos: Orillas del Manzanares; Madrid desde el Manzanares.
En esta bella panorámica de los edificios que se asoman a la Hoz del Huécar en Cuenca, tomada desde el Puente de San Pablo o sus inmediaciones, Beruete muestra esa fusión perfecta entre la topografía y la historia que el artista busca en sus composiciones. Es una visión instantánea, donde el color puro consigue plasmar la límpida atmósfera.
Tiene también por título: Afueras de Madrid.Paisaje de las afueras de Madrid, con las casas y el descampado del barrio de Bellas Vistas. La técnica combina pinceladas cortas aplicadas con gran cantidad de óleo, captando la variación de colores de los reflejos del sol en el cielo, tejados y muros. En cuanto a la composición, destaca el macizo abigarrado de casas frente a la sencillez del cielo, pre
Esta pintura es un ejemplo de las vistas que Beruete hace de los alrededores de Madrid, en muchas de las cuales es el río Manzanares el gran protagonista. Aunque el agua ocupa más de la mitad del lienzo, la ciudad se reconoce en la parte alta. Se distingue la mole del Palacio Real, junto a la silueta roja de la torre de la Iglesia Nueva de Santa Cruz y las cúpulas de otras iglesias como San Andrés
Durante su visita a Cuenca en el verano de 1910, Beruete se interesó especialmente por esta parte de la ciudad que asoma al río Huécar. El punto de vista muy bajo permite mostrar la fertilidad de esa zona de huertos y subrayar al mismo tiempo la singularidad de la arquitectura urbana, donde destaca el convento de San Pablo, a la izquierda.