El escenario de este cuadro ilustra a la perfección el concepto clásico de locus amoenus ("lugar placentero") que se desarrolló a partir de la época de Homero y que aludía a un lugar idílico donde llevar una existencia sensual, un lugar regado por un manantial que impregnara la tierra y protegido por la sombra de unos árboles. Sócrates describe un lugar así en el Fedro de Platón. El locus amoenus
Un grupo de personajes bailan al son de la flauta que toca un hombre subido a un roble y de los cascabeles que algunos bailarines se han colocado en las pantorrillas. La escena evoca las danzas que forman parte de la historia y los mitos de la antigua Grecia, y de la tradición que les dio continuidad -el libro Hypnerotomachia Poliphili incluye una descripción y una imagen de una danza similar. El